No ha sido una buena Copa del Mundo para Lewandowski. La ilusión del primer día ha sido empañada por una actuación individual nada brillante. Por fin marcó en un Mundial -dos goles- pero su incidencia no ha sido la esperada para una estrella como él. Lo achaca al sistema y a la idea de juego.
"Necesito ser feliz jugando. Es importante incluso para un futuro cercano. Lo soy cuando intentamos atacar, pero cuando jugamos a la defensiva no hay tanta alegría. No me gusta", ha explicado molesto a la conclusión del choque contra Francia.
Y ha insistido en que por ahí puede haber estado la clave de la eliminación. "En cierto momento nos replegamos demasiado en nuestra área y se han aprovechado. Los espacios entre las líneas se han hecho demasiado amplios".
Respecto a si este ha podido ser su último Mundial, Lewa, quien tendría 37 años (cumple en agosto) en la siguiente edición, incluso ha dejado entrever que lo mismo deja el combinado polaco antes de esa cita en 2026. "Aún queda un largo camino por recorrer y varios factores influirán en esta decisión", ha asegurado. Entre ellos, el de jugar de otra manera para volver a ser feliz defendiendo a su país.