Benjamin Lecomte (31) se marcha del Real Club Deportivo Espanyol sin cumplir con las expectativas que había puestas en él cuando se confirmó su llegada en forma de cesión. Quería reivindicarse en España porque Simeone no permitió que jugara ni siquiera en Copa del Rey, pero algo de razón debía llevar el entrenador argentino después de ver el rendimiento que ha ofrecido en tierras catalanas.
Lo numérico deja en muy mal lugar al arquero porque ha recibido más de un gol por partido (15 en 10) y tan solo ha dejado su portería a cero en una ocasión (el 16 de octubre, 1-0, contra el Real Valladolid, uno de los peores equipos de LaLiga Santander en el aspecto ofensivo). Esa fue, de hecho, la única vez que consiguió la victoria estando sobre el césped. En los otros nueve encuentros, un balance paupérrimo: cuatro derrotas y cinco empates. Además, vio la cartulina roja contra el Real Madrid.
Llegó a la Ciudad Condal con las pretensiones de ser titular indiscutible, pero después de las primeras jornadas, todavía abierto el mercado de fichajes veraniego, el club decidió ir en busca de otro portero que pudiera generar competencia y, sobre todo, elevara el nivel. Y ese nombre fue Álvaro Fernández, quien tampoco mejoró en demasía lo ofrecido por su compañero, si bien con el paso de las semanas ha ido ganando confianza y, al menos en estos momentos, parece estar bastante consolidado bajo palos.
Todas las partes han llegado a la conclusión de que Lecomte no iba a aportar mucho en los próximos meses y el jugador ya sabe lo que es estar varios meses consecutivos sin tener participación. Más allá de eso, la realidad es que tenía un plan en su cabeza, ya que tardó unos minutos en rescindir su contrato con el Mónaco y unirse como agente libre al Montpellier.