Las diferencias entre esta España y la de 2010: ahora es menos vertical y más conservadora

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Las diferencias entre esta España y la de 2010: ahora es menos vertical y más conservadora
Las diferencias entre esta España y la de 2010: ahora es menos vertical y más conservadora
Las diferencias entre esta España y la de 2010: ahora es menos vertical y más conservadora
Profimedia
La comparativa estadística entre la selección Española de Luis Enrique que cayó en octavos de final ante Marruecos y la de Vicente Del Bosque que ganó el Mundial de Sudáfrica en 2010 arroja una diferencia más que clara. Aquella, pese a representar el "tiki taka", fue mucho más vertical que la actual.

Los equipos que se aferran a un estilo determinado sea la circunstancia que sea corren el riesgo de convertirse en una caricatura de sí mismos. La España que ganó un Mundial y dos Eurocopas fue reconocida en el mundo entero como la quintaesencia del "tiki taka" por su particular estilo en el que los pases, la posesión y el movimiento del balón constante la diferenciaban de los demás. 

Aquella idea quedó grabada a fuego en el imaginario colectivo de muchos entrenadores y personajes relacionados con el planeta fútbol, especialmente en España. Pero los datos demuestran que, pese a la leyenda, el equipo que ganó el Mundial de 2010 fue mucho más vertical que el que fracasó en Catar y lleva cosechando malos resultados durante cerca de una década.

Si ya en Sudáfrica la selección española se coronó como el campeón con menos goles a favor de la historia de los Mundiales con un total de ocho en siete partidos, o lo que es lo mismo, con una media de poco más un tanto por encuentro, los números demuestran que era prácticamente imposible que el combinado de Luis Enrique pudiera hacer gran cosa teniendo en cuenta su estilo de juego.

En 2010, los jugadores de España encaraban a sus rivales con resultado positivo el doble que en 2022, como demuestra el hecho de que los regates por partido en Sudáfrica fueron 12 por seis en Catar. Esta agresividad también se vio en los duelos ganados, con 58 por encuentro en aquella Copa del Mundo y tan solo 41 en esta.

Pese a lo que se suele recordar, el equipo de Del Bosque buscaba la espalda de la defensa rival mucho más en los pocos momentos sin balón de los que disponía. No en vano, en 2010 hubo ocho contraataques por partido, por ninguno del conjunto entrenado por Luis Enrique, que parecía que buscaba siempre que sus adversarios se colocaran para empezar el ataque. No en vano, los pases en campo propio, en muchas ocasiones innecesarios (especialmente por parte de un Unai Simón que tocó más balón que muchos jugadores del Mundial), fueron 383 de media este año y tan solo 238 hace 12 años.

Por último, es una obviedad decir que al fútbol se gana disparando a portería, y que cuanto más se hace, más opciones hay de marcar goles. Una vez más, los números no engañan y demuestran que, en Catar, España disparó 12,3 veces, mientras que en Sudáfrica la Roja lo hizo una media de 18 ocasiones por partido.

Si a todos los datos expuestos anteriormente que demuestran que, por desgracia para España, ha acabado imponiéndose el relato de tener la posesión por el mero hecho de tenerla, sumamos la gran diferencia de calidad entre los jugadores que representaban a la selección en 2010 con los que hay ahora (ya no hay Villas, Iniestas, Xavis, Xabis ni Puyoles, por decir unos pocos) el resultado no podía ser otro que el cosechado, más si cabe en un fútbol tan físico como el actual en el que los equipos han aprendido a hacer frente a los rivales que juegan como España.