Como es habitual, la NBA no ha pasado por alto el incidente que protagonizaron Dillon Brooks y Donovan Mitchell en el duelo disputado en la madrugada del jueves al viernes en el Rocket Mortgage FieldHouse de Cleveland entre los Cavaliers y los Memphis Grizzlies, que acabó con victoria para los primeros por 128-113 en un gran partido tanto de Santi Aldama como de Ricky Rubio.
Mediado el tercer cuarto, Brooks cayó al suelo cerca de Mitchell, al que golpeó en la zona de la ingle. En respuesta, este último le lanzó el balón y se enzarzaron en una pelea que hacía meses que no se veía en la liga norteamericana, siempre inflexible para que no se repitan casos como el llamado "Malice at the Palace" que protagonizaron los Detroit Pistons y los Indiana Pacers en noviembre de 2004, con una batalla campal que propició suspensiones hasta de una temporada sin jugar a algún jugador implicado.
En este caso la pelea no fue a mayores al llegar los compañeros de uno y otro a tratar de separarles, pero aun así la NBA ha comunicado las sanciones para los dos jugadores protagonistas. Brooks, que ya fue expulsado por la falta flagrante de tipo 2 a Mitchell, se quedará sin jugar un partido (con lo que también dejará de ganar el dinero que le corresponde por cada encuentro disputado), que será el de este domingo en el que sus Grizzlies se medirán en casa contra los Toronto Raptors.
Mitchell (que también fue expulsado), al no ser el instigador de la bronca, sí podrá jugar, aunque deberá pagar una multa de 20.000 dólares. El escolta de los Cavs reconoció tenerle tomada la matrícula al de Memphis: "Esto no es algo nuevo, él es así. Ya le conozco porque hemos tenido nuestros duelos personales en los últimos años y siempre he sido mejor que él, pero no hay lugar para esos comportamientos. Llevaba años buscando eso conmigo y con otros jugadores de la liga, pero todos lo pueden ver. Tiene que ser difícil no saber defender a alguien y tener que recurrir a esos actos".