La larga espera de Oyarzabal: 406 días para poder celebrar un gol en jugada

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La larga espera de Oyarzabal: 406 días para poder celebrar un gol en jugada

Oyarzabal recupera su mejor versión
Oyarzabal recupera su mejor versiónLaLiga
El atacante de la Real Sociedad abrió el marcador contra el Celta de Vigo cinco minutos después del pitido inicial, pero Robin Le Normand marcó en propia portería ya en el tiempo de descuento y los celestes consiguieron rescatar un valioso punto de cara a la carrera por la permanencia.

Si hay un líder en el conjunto donostiarra, ese es Mikel Oyarzabal (25). Lesionado durante nueve largos meses, pudo volver a vestirse de corto a finales de 2022. Los cinco minutos que disputó contra Osasuna fueron un auténtico regalo, sobre todo porque ese partido se celebró el 31 de diciembre. Tuvo que esperar hasta el presente 2023 para ser titular de nuevo (frente al Mallorca).

Su primer tanto desde el infortunio que afectó a su rodilla izquierda no llegó hasta mediados de enero, cuando se encargó de convertir un penalti frente a Unai Simón, como en la final de la Copa del Rey correspondiente a la temporada 2019/20. Gol muy especial para el '10' por ser en un derbi vasco y, además, porque llevaba desde el 5 de marzo sin mandar el balón a la red.

Este sábado 18 de marzo, después de recibir un buen pase de Takefusa Kubo, batió a Iván Villar con un golpeo potente dirigido al primer palo. Si bien desde los once metros vale igual y además es un método de desempate que decide títulos a nivel nacional e internacional, ya le tocaba a Oyarzabal volver a marcar de jugada. 406 días más tarde, en una jornada con final amargo, lo consiguió ante su propia afición. A lo largo de todo este tiempo, ha estado mucho más tiempo en la grada que sobre el terreno de juego.

Lo más curioso es que el jugador nacido en Eibar había anotado su última diana (acciones a balón parado aparte) también contra el Celta. Entonces era Matías Dituro el guardameta, ahora titular en el Universidad de Católica -club del que llegó a Balaídos en calidad de cedido-, y poco más pudo hacer el argentino para evitar el único tanto de aquel encuentro: paró el mano a mano y fue incapaz de intervenir en el rechace, que le cayó a placer al capitán de la Real Sociedad