El que pega primero pega dos veces. Es ley de vida. El fútbol es ese espacio en donde las normas o los refranes cotidianos son útiles. El sábado, por ejemplo, la Real Sociedad golpeó con un tempranero gol de Mikel Oyarzabal (25) en el minuto 5 y dejó a un desconcentrado Celta muy tocado. 

El tanto, producto de una transición rápida iniciada por Kubo (19) en la zona medular, fue el reflejo de dos realidades: por un lado, la de un cuadro txuri-urdin solvente, efectivo y que aprovecha con crueldad los errores del contrario. Por el otro, un Celta confundido y mal posicionado que apostó por el fuera del lugar como la estrategia para frenar la velocidad de los de Imanol Alguacil. 

La idea de los celestes no funcionó en la primera parte. La Real dominó de principio a fin. Con la pelota y sin ella. Esa es la gran virtud de los vascos. Cuando toman el esférico, circulan rápido, dividen las defensas rivales y atacan los espacios. Sin él, se resguardan con inteligencia en su propia área y esperan una desconcentración para generar un contragolpe. 

El Celta es un equipo en formación. Es evidente. Carlos Carvalhal lleva poco menos de cuatro meses al frente del proyecto -llegó en noviembre después de que la directiva despidiera a Eduardo Coudet-. La Real, en cambio, es un proceso consolidado, que incluso ya dejó títulos en Anoeta - la Copa del Rey 2019-2020-.

Tras un primer tiempo con poco vuelo, el Celta cambió su imagen en la segunda mitad.

El juego directo del cuadro celeste complicó a la defensa adelantada de la Real Sociedad. Iago Aspas (35) estrelló un remate contra el larguero. Álex Remiro (27) resguardó con serenidad su arco y evitó dos acciones directas del rival.

Al final, los intentos no le alcanzaron a los gallegos para marcar.  Los remates de los atacantes eran detenidos por Remiro. Aspas no estaba fino ante una de sus víctimas favoritas. Veiga (20) mostraba energía y ganas pero no inquietaba el arco contrario.

Los de Imanol Alguacil superaban con serenidad a un tenue Celta que aún no se adapta al sistema que intenta implementar Carlos Carvalhal. Era el minuto 80. Todo parecía tranquilo pero en el fútbol, como en la vida, el peor error es dar un marcador por definido antes de que suene el silbato final.  

Cuando la victoria estaba casi consumada, una desconcentración de Le Normand (26) venció la fortaleza resguardada por Rémiro. El gol subió al marcador en el 90+3, dejando un sabor amargo en los aficionados de la Real Sociedad. 

Pese al empate 1-1, la Real Sociedad es tercera de LaLiga con 43 puntos, producto de 13 victorias, 4 empates y 5 derrotas. El Celta, por su lado, escala a la posición número 13 de la tabla con 24 unidades, resultantes de 6 victorias, 6 empates y 10 derrotas. 

El que pegó primero no pegó dos veces. 

Jugador del partido Flashscore: Mikel Oyarzabal. El jugador vasco fue el más incisivo del encuentro. Generó acciones de peligro, marcó y desgastó a la desconcentrada defensa del Celta.