Un puente cercano a la Ciudad Real Madrid ha amanecido con una pancarta en la que se podía leer “Madrid odia al Real” y un muñeco con la camiseta de Vinicius Junior colgado con una cuerda del cuello. Unos lamentables actos racistas ejecutados por el sector más radical de la afición del Atlético de Madrid.
Las muestras de cariño y apoyo hacia el futbolista de Rio de Janeiro tras ser víctima, una vez más, de esta vergonzosa lacra racista, han llegado desde todos los puntos del deporte. La RFEF, organizadora de la Copa del Rey ha emitido un comunicado en el que respaldan al jugador:
“La Real Federación Española de Fútbol lamenta y condena enérgicamente el acto intolerable cometido en la previa al duelo de Copa del Rey entre el Real Madrid CF y el Club Atlético de Madrid de este jueves. Además, quiere mandar un mensaje de apoyo a Vinicius, amenazado directamente por radicales de una manera deplorable.
Este tipo de manifestaciones, cargadas de odio, solo hacen que fomentar la violencia y no tienen cabida en nuestro deporte. El fútbol debe vivirse con pasión, pero respetando siempre a los jugadores, al adversario y a las aficiones. Es inaceptable que se lleve a cabo este tipo de vandalismo que no ayuda en absoluto al buen desarrollo de una fiesta tan bonita como puede ser el derbi madrileño”.
Más allá de este texto, que es de agradecer, conviene exigirle a la Federación y LaLiga que comiencen a explorar vías para evitar que estos hechos se vuelvan a repetir y que los indeseables que los provocan queden fuera del fútbol de una vez por todas.