El delantero del cuadro bilbaíno se ha incorporado a última hora al combinado africano para poder viajar a su primera Copa del Mundo. Tras haber llegado a debutar con la absoluta de España en 2016, ha decidido jugar para el país de nacimiento de sus padres. Se estrenó con las ‘Black Stars’ el pasado 23 de septiembre en duelo amistoso contra Brasil en el que perdieron 3-0.
En 2020 una normativa novedosa de la FIFA estableció que los jugadores menores de 21 años que hubiesen disputado menos de tres partidos con una selección, podrían cambiar de combinado nacional. Para ello debían transcurrir tres años desde la última aparición con el equipo anterior y es imprescindible no haber jugado ya un mundial. Iñaki Williams cumplía todos los requisitos y podrá cumplir el sueño de toda una familia.
Por otro lado, Serbia y Marruecos se presentan como las selecciones con más hombres nacidos en España después de ‘La Roja. El seleccionado balcánico tiene en sus filas a los dos hermanos Milinković-Savić. Sergej (27), el mayor de ellos, nació en Lleida y es capitán de la Lazio. El pequeño, Vanja (25), vio la luz por primera vez en Orense. Esto se debió a que su padre era futbolista y jugó en nuestro país durante varios años.
El equipo marroquí es el que más naturalizados ha incluido en su lista. Un total de 14. El líder indiscutible Achraf Hakimi (24), jugador del Paris Saint-Germain y natural de Getafe (Madrid). En Melilla nació el guardameta Munir Mohamedi (33), que ya se enfrentó a España en la fase de grupos del Mundial de Rusia 2018.
El más extravagante de los casos es el del danés Robert Skov (26), nacido en Marbella (Málaga) durante unas vacaciones familiares. Completa esta nómina el joven ecuatoriano Jeremy Sarmiento (20), natural de Madrid, que juega en la Premier League con el Brighton.
España también se suma
Luis Enrique (52), también ha convocado para la gran cita a dos futbolistas cuyos padres les tuvieron en otros territorios. Aymeric Laporte (28) inició sus días en Agen (Francia), mientras que Ansu Fati (20), del FC Barcelona, lo hizo en Guinea-Bissau.
