LeBron James siempre ha sido un aficionado confeso al vino. De todos sus años bebiendo dicho brebaje ha debido extraer su esencia, ya que se dice que los buenos vinos mejoran con el tiempo. De hecho, en su temporada 20 en la mejor liga de baloncesto del mundo sigue dejando noches de nivel MVP.
Solo Luka Doncic (23) y Nikola Jokic (27) han presentado en el presente curso una línea estadística de 30/7/7 más veces que el ‘Rey’. Son dos jugadores jóvenes llamados a liderar la NBA durante la próxima década y LeBron es capaz de competir de tú a tú con ellos en lo que debería ser la recta final de su carrera.
En los 22 partidos que ha disputado durante la campaña 2022/23, el alero de Ohio continúa manteniendo los promedios que le han hecho convertirse en leyenda. Ha anotado 27 puntos por noche, capturado 8,5 rebotes y asistido 6,5 veces de media.
Ahora, con un Anthony Davis (29) que estará de baja durante varias semanas por una lesión en el pie, a LeBron le vuelve a tocar echarse a las espaldas todo el peso de Los Angeles Lakers. Vive para estos momentos. En su primera cita sin ‘La Ceja’, firmó los números que hemos comentado más arriba y, además, asistió a Thomas Bryant (25) para que anotase la canasta del triunfo.
Sin final a la vista
Él sabe mejor que nadie que hasta los mejores vinos, esos que se guardan durante años en una ocasión especial, se terminan en algún momento. Pese a estar en plena forma, llegará el día en que tenga que retirarse y dejar paso a otros para que asuman el mando de la NBA. Sin embargo, no sabemos cuando sucederá, ya que el ‘Rey’ parece tener cuerda para rato.
Ojalá LeBron cumpla su sueño y el último trago de vino que beba como profesional sea jugando junto a su hijo Bronny (18). El cuatro veces campeón ha expresado en varias ocasiones su deseo de compartir pista con su primogénito y sería el broche de oro perfecto para una carrera inolvidable.