Fue ‘rookie’ del año en 2019 al completar una de las mejores temporadas que se le recuerdan a un novato en los últimos tiempos -21,2 puntos, 7,8 rebotes y seis asistencias por partido-. En lugar de darle mérito a la gesta, menospreciaron el trabajo del esloveno diciendo que tuvo ventaja sobre su principal perseguidor, Trae Young (24), por haber jugado como profesional en Europa.
En 2020 debutó en el Partido de las Estrellas como titular y también repitió en el ‘Rising Stars Challenge’ para convertirse en el tercer jugador, junto a Derrik Rose (34) y Anthony Davis (29), y el primero europeo, en participar en ambos eventos el mismo año. El chico empezaba a demostrar cosas con los mayores, pero resulta que todo era gracias a su marketing. Vaya. Tampoco fue bastante que metiese a los Mavericks en Playoffs por primera vez desde 2017 y dejase actuaciones memorables contra los Clippers.
Un drama ‘lebronesco’ que va desarrollándose mientras Doncic sigue batiendo récords sin ningún tipo de pudor. El último fue uno que le equipara con Jordan. Hace unos días certificó su sexta noche de 30 o más puntos en sus seis primeros partidos de la temporada. Nadie lo hacía desde ‘His Airness’ en 1996. Pero claro, la NBA de hoy en día es mucho más fácil y se permiten más canastas que entonces. Según quién las meta.
Ha llegado un punto en el que como sus detractores no saben dónde agarrarse, le critican por su efusividad en la protesta dentro de la cancha. Si bien es cierto que es algo que debe controlar, aún es joven para trabajarlo. Esto, igualmente, nos deja claro que no es una cuestión baloncestística, sino que le critican porque no tienen afinidad con él. Les fastidia que sus niños bonitos universitarios no sean los que dominen la competición en la próxima década.
Callar y trabajar
Luka no parece preocupado, igual que no lo estuvo LeBron en su día. Son jugadores a los que la crítica les motiva. Mientras unos hablan, el esloveno seguirá escribiendo la historia de la mejor liga de baloncesto con letras de oro.
Es una época dura para los ‘haters’. Cuando pensaban que iban a dejar de sufrir al ‘Rey’, ha irrumpido su heredero ‘Wonder Kid’, llamado a ser la peor pesadilla de esos que no disfrutan con lo que no consideran puro. Aunque pronto dejarán de verse las caras en la pista, no tendrán que esperar mucho para reencontrarse en el Salón de la Fama. El último clavo en el ataúd de aquellos que odien verles formar parte de las leyendas del baloncesto para siempre.