España y Francia ya habían cumplido antes de la última jornada de la Liga de Naciones, pero todavía faltaba por conocer qué otros dos equipos conseguían acabar en lo más alto. Inglaterra y Países Bajos luchaban a distancia en sus compromisos ante Escocia y Bélgica, respectivamente, mientras que Alemania y Dinamarca hacían lo propio. Las germanas empataron contra Gales (1-1), un resultado que las de Andree Jeglertz no aprovecharon (0-1 frente a Islandia).

Lo que se vio en el otro grupo fue otro nivel de emoción, agonía y sufrimiento. Las aspirantes llegaron a la cita con nueve puntos y conscientes de que, casi seguro, iban a necesitar la victoria. Y cuanto más goles de ventaja, mucho mejor. Todo parecía indicar que se iba a resolver mediante el golaveraje general, como finalmente ocurrió. Las británicas llegaban con un +1 y las neerlandesas lo hacían con un +4, de modo que tenían cierta ventaja.

El cuadro comandado por Sarina Wiegman empezó a hacer los deberes pronto (Alex Greenwood adelantó a las suyas antes de alcanzarse el cuarto de hora) y llegó al descanso con una renta de cuatro dianas. Entretanto, la Oranje vencía por la mínima gracias al acierto de Lineth Beerensteyn, que amplió distancias una vez inaugurada la segunda parte, no mucho después de que Francesca Kirby diera forma a la manita en Hampden Park.

Cuando se cumplió el minuto 90 en Tilburgo, las locales estaban eliminadas. Sin embargo, Damaris Egurrola (fue internacional con la Roja) apareció de forma providencial para convertir el tercero y dar la clasificación. El drama se instaló en el estadio cuando se supo que la culé Lucy Bronze había hecho el 0-6, momento en el cual había un nuevo cambio de guion, pero la centrocampista con pasado en el Athletic Club de Bilbao marcó de nuevo allá por el 95' y provocó el éxtasis (4-0).