La Roja aterrizó en Málaga con la esperanza de olvidar lo ocurrido contra Italia, que dio la sorpresa en Pontevedra y frustró a un equipo que tenía ganas de resarcirse. El desenlace parecía tomar una dirección similar porque el conjunto escandinavo tiró de efectividad y se fue al descanso con un favorable 1-3, pero el vendaval de la segunda mitad lo cambió todo. Aitana Bonmatí (suplente), Salma Paralluelo y Mariona Caldentey lideraron a las suyas.

El público mantuvo el apoyo a sus jugadoras en todo momento, incluso cuando las visitantes amenazaron con marcar el 1-4, un disparo al larguero que bien pudo condenar al cuadro local. A partir de ahí, exhibición ofensiva para deleite de una afición entregada, especialmente en los minutos finales (ovacionaron a futbolistas como Jenni Hermoso u Olga Carmona, hicieron la ola más de una vez, sacaron las linternas a pasear, etcétera).

15.896 espectadores se desplazaron a Martiricos este martes 5 de diciembre, en vísperas de festivo, lo que ayudó a que hubiera una gran presencia infantil. La Real Federación Española de Fútbol regaló banderillas de la rojigualda con la idea de que salieran a pasear, como ocurrió, durante el himno. El buen ambiente a nivel acústico y visual fue casi continuo, si bien conviene destacar que apenas se superó el 50% del aforo del estadio (ligeramente por encima de los 30.000 asientos).

Este récord de asistencia, probablemente con fecha de caducidad, deja atrás el cosechado en el Nuevo Arcángel a finales de septiembre. La visita a tierras cordobesas trajo consigo a 14.194 personas, testigos de la paliza a Suiza (5-0). Aunque el guion fue muy diferente, los congregados en la Costa del Sol también celebraron en cinco ocasiones y, sin lugar a dudas, disfrutaron de un envite de lujo entre las dos selecciones que comandan el ranking FIFA.

Las estadísticas del choque están disponibles en Flashscore.