El club de Estambul acudió a este partido con su equipo juvenil como protesta por lo que considera un trato desigual de las autoridades futbolísticas del país.

En este partido, el Galatasaray marcó al minuto de juego y poco después los jugadores del Fenerbahçe abandonaron el campo.

La TFF decidió dar como ganador del partido al Galatasaray por un resultado de 3-0 y multar al Fenerbahce con 115.000 euros.

"Es hora de poner las cosas en su sitio en el fútbol turco", declaró el presidente del Fenerbahce, Ali Koç, para justificar el boicot al partido.

Afirmando que numerosas ligas se le han "escapado" al Fenerbahce de manera dudosa, Koç denunció la existencia de "una red oculta en el fútbol turco que, desde hace años, decide el desarrollo del campeonato con la intermediación de los árbitros".

Antes del partido, el Fenerbahçe había exigido un árbitro extranjero para dirigir la final, así como el aplazamiento del encuentro para preparar mejor el duelo del jueves en la ida de los cuartos de final de la Conference League contra el Olympiacos griego. Las dos demandas fueron rechazadas por la TFF.