Exonerar a García y encontrar un acuerdo para el nuevo entrenador del Nápoles. Esta es la misión que mueve al presidente del Nápoles, Aurelio De Laurentiis, desde el domingo por la noche, tras la derrota ante el Empoli y el final de la aventura del técnico francés en el banquillo.
El patrón azzurro abandonó Nápoles a primera hora de la mañana y ya se encuentra en Roma, en sus oficinas de Filmauro, para trabajar en los dos frentes, reunirse con sus abogados e iniciar contactos con otros entrenadores.
Conte dice "no"
El primer movimiento es decretar la destitución de Rudi García, que tiene un contrato de dos años pero con una posible cláusula de rescisión que le hará cobrar sólo un año de sueldo, lo que ronda los 2,8 millones de euros.
De Laurentiis habría contactado en la mañana de este lunes con Antonio Conte quien, sin embargo, le habría confirmado su elección de un año sabático y su deseo de regresar a un banquillo pero a partir de la concentración estival, para tener tiempo de construir su equipo.
La pista de Tudor
El otro entrenador con el que el presidente ya está en contacto es Igor Tudor, con el que se está negociando: el técnico quiere un contrato no sólo para los próximos seis meses, sino también para el año siguiente. También están en la agenda del presidente azzurro Eusebio Di Francesco y Francesco Farioli, que, sin embargo, trabajan actualmente en el Frosinone y el Niza, respectivamente.
También podría estar en el punto de mira Lucien Favre, suizo y exentrenador del Niza y del Borussia Dortmund.
El vigente campeón del Scudetto ocupa la cuarta plaza de la tabla, pero sólo ha sumado siete puntos en sus cinco últimos partidos.