Cuando te preguntan por el jugador de fútbol sala más destacado de la historia, uno de los primeros que se te viene a la cabeza es Ricardinho. El luso lo ha sido todo en la modalidad y todavía sigue llevándola a los rincones más recónditos del planeta para devolverle, en sus propias palabras, "un poquito", de lo que le ha dado en estos años.
Nombrado en seis ocasiones (2010, 2014, 2015, 2016, 2017 y 2018) como el mejor del mundo, conquistó todos los títulos habidos y por haber a nivel de clubes. La gloria eterna le llegó al ganar con Portugal la Eurocopa de 2018 y el Mundial en 2021, justo antes de despedirse del combinado nacional.
Una carrera absurdamente exitosa que se va acercando a su fin. Tanto que el propio R10 reconoce haber pensado en retirarse el pasado año. Sin embargo, en medio de la oscuridad apareció Atta Halilintar, una reputada estrella de las redes sociales con casi 29 millones de seguidores en Instagram, para otorgarle una bala más ofreciéndole jugar en Indonesia: "La idea de jugar en Pendekar fue casi un impulso. Iba a dejar de jugar y de repente me escribió el presidente, al que sigo en Instagram porque es un influencer muy importante a nivel mundial", nos explica.
Y es que antes de saltar a la fama, el dirigente asiático abrió su canal de YouTube -ahora con más de 30 millones de seguidores- subiendo un vídeo en el que analizaba las habilidades del que ahora es su jugador. Gracias a eso llegó la primera toma de contacto para tratar de incorporarle al club que acababa de crear apenas un año antes.
"No me lo pensé dos veces. Necesitaba un cambio, volver a disfrutar del fútbol sala porque estoy llegando al final. Decidimos ayudarnos el uno al otro, porque yo volvía a disfrutar e Indonesia tenía un jugador de nombre", cuenta. "Cuando elegí Pendekar no lo hice para ser campeón o el mejor jugador del mundo, sino para volver a disfrutar e intentar ayudar a un club nuevo a ser top-3 aquí", detalla.
Quemado por Francia
Desde que se marchó del Inter Movistar, Ricardinho se propuso impulsar el fútbol sala en países en los que no estaba del todo desarrollado. Con ese objetivo puso rumbo a Francia para embarcarse en el megaproyecto del ACCS de París. Junto a él fueron Carlos Ortiz (39) y Humberto (37), pero las cosas se empezaron a torcer desde el principio en el plano económico.
Pronto llegaron los impagos de contratos inasumibles y, aunque lograron ganar la liga francesa en su primer año (2021), terminaron descendiendo a Segunda por la vía administrativa. De hecho, el pívot brasileño se marchó antes de finalizar el curso.
"Llevaba dos años en Francia, uno y medio sin cobrar, con problemas financieros del club, que me deben un montón de dinero. Estaba ya frustrado", nos dice el mago de Gondomar, que estuvo muy cerca de dejar el deporte profesional en aquellos instantes duros.
Sin embargo, Ricardo siempre ha sido un hombre de palabra, extremadamente profesional. Llegó a la capital gala para hacer que su equipo triunfase a nivel continental y terminó llevándoles a la Final Four de la UEFA Futsal Champions League en 2022, pese a las cantidades monetarias ingentes que seguía sin percibir.
Sorprendido por Indonesia
Desde que aterrizó en el país por el que ahora esparce la semilla del deporte que ama, 'O Mágico' se ha encontrado un lugar en el que la gente es realmente apasionada: "Me sorprendió muchísimo. Sabía que en Indonesia les gustaba el deporte, pero cuando vi cómo lo viven, cómo llenan los pabellones, cómo gritan… Están locos por tener una foto, un abrazo, tocarte, verte jugar", nos relata, emocionado.
"¡Es increíble! Es, sin duda, el país en el que jugué en el que más locos están por el deporte", agrega.
La competición liguera no se estructura del modo que conocemos en España, pero reconoce que han conseguido aumentar la afluencia a los recintos de juego desde que recaló en Pendekar: "Llenamos los pabellones casi siempre, aunque es muy difícil hacerlo, porque se juegan dos jornadas, sábado y domingo de 10.00 a 18.00, y no es fácil, pero se ha notado una mejora muy grande del público", explica.
Una cultura muy rígida
Del mismo modo que los aficionados están volcados con la evolución del fútbol sala en Indonesia, el ex de Inter Movistar se lamenta por la falta de apoyo que recibe de parte de los responsables de organizar las competiciones.
"La Federación trabaja muy poco y muy mal el fútbol sala en Indonesia. Tiene que apostar mucho más, cambiar el suelo de los pabellones, dar mejores condiciones a los jugadores, reunirse con presidentes y entrenadores para preguntar qué se puede mejorar, traer jugadores de calidad para impartir 'coachings' en Indonesia… Si eso no sucede, será difícil superar el nivel que tienen ahora", se queja al ser preguntado por los puntos de mejora a afrontar en el país.
"La Federación es la pieza clave para poder empezar a competir con países como Tailandia o Japón", comenta acerca de la diferencia de respaldo que reciben por parte de sus entes federativos los dos grandes colosos del continente asiático en esta disciplina deportiva.
Aunque parezca mentira, los que tampoco se terminan de creer que esta modalidad les puede garantizar una buena carrera profesional durante muchos años son los jugadores. Ese aspecto es en lo que más está incidiendo R10 durante su día a día como miembro de la plantilla del Pendekar United.
"Aquí no ven el fútbol sala como un deporte profesional del que se puede vivir. Solo entrenan cuando está marcado en el calendario, no hacen nada extra porque entienden que tienen que mejorar algún aspecto", argumenta. "A mí me preguntan que por qué voy al gimnasio y yo les digo que porque lo veo necesario y creo que mi cuerpo lo necesita", dice.
Siempre trata de ayudar a los más jóvenes a descubrir el mundo, pero considera que deben ganar ese punto de competitividad que les falta: "No es por falta de talento, pero tienen que querer marcar la diferencia", asevera. "Mi gran reto es intentar llevar a dos o tres jugadores con mucha calidad que hay en Indonesia a jugar en Europa. Ya estamos intentándolo con uno, pero yo creo que hay dos más que tienen la calidad suficiente para competir", añade.
No pierde de vista Europa
Menos de un mes antes de tener esta conversación, Palma Futsal conquistó su primera Champions doblegando en la Final Four a los portugueses Benfica y Sporting de Portugal. Ricardinho había puesto como favoritos a sus paisanos, pero el cuadro español terminó dando la sorpresa.
Aún así, nos aclara que no fue una completa sorpresa: "Lo que está haciendo Palma en los últimos años es para quitarse el sombrero. Siempre trae un par de jugadores de calidad. Siempre ve una oportunidad de fichar cuando sale alguien del Barça, de Inter o El Pozo", analiza, demostrando que sigue pendiente a lo que sucede en el viejo continente.
La patria tira, pero toda una leyenda del futsal como el de Valbom tiene el criterio suficiente para ser objetivo: "Soy sincero, prefería que ganara un portugués, pero Palma ha hecho un trabajo muy bonito", asegura.
"Lo que ha conseguido es para hacerles una estatua. Han hecho un trabajo increíble organizando la Final Four, solo queda darles la enhorabuena", indica, deteniéndose a elogiar al club palmesano, que además de ganar, organizó la fiesta en su casa.
El fin de la magia
En el momento de realizar esta entrevista, el '10' nos informa de que acaba de sufrir una lesión en la rodilla que le tendrá apartado de la actividad durante un tiempo. Tiene una rotura del ligamento lateral interno. Afortunadamente no deberá pasar por quirófano, pero es un golpe importante en las postrimerías de su carrera.
Llegada esta hora, se hace imposible no pensar acerca de la fecha en la que colgará las zapatillas el astro que nos ha encandilado con su magia durante más de dos décadas: "Esa decisión siempre está en la cabeza. Al final llega un punto en que mi cabeza me dice para, pero mi cuerpo me pide un poquito más", apunta.
No cabe duda de que la llama de la varita de 'O Mágico' se está apagando, pero él confía en que todavía le queda algún truco más en la recámara: "Es cierto que el final está más cerca que la continuidad. Pero bueno, si aparece algo diferente a lo que yo tengo, posiblemente pueda jugar un añito más", sentencia, dejando algo de esperanza.