Con las ventanas cerradas en la mayoría de ligas, la de Catar aún permanece abierta para recibir a nuevos jugadores. Y los centrocampistas italiano y alemán parecen dispuestos a emigrar allí. 

El PSG ha intentado durante todo el verano darles salida para liberar masa salarial y ponerse al día con el Juego Limpio Financiero. Más aún tras los 350 millones de euros invertidos en fichajes (sueldos aparte) de, entre otros, Lucas Hernández (45 millones de euros), Manuel Ugarte (60), Kolo Muani (95) o Dembélé (50). 

Verratti, del que Luis Enrique hablaba maravillas cuando era seleccionador español, se quedó sin sitio por orden de los dirigentes parisinos. Si nada extraño ocurre, y después de haber sido objeto de deseo del Barcelona durante varios años y del Atlético hasta hace unas semanas, acabará en el Al-Arabi, cuyo propietario es el primo del emir de Catar. El traspaso rondará los 50 millones de euros. 

Por su parte, Draxler es uno de esos futbolistas que apuntaba a gran estrella y acabó 'estrellado'. Nunca pudo hacer sombra a Mbappé o Neymar, que llegaron junto a él, y ha acabado de cesión en cesión, sin demostrar por qué pagaron en 2017 35 millones de euros por su compra. Al menos, con el germano se ahorrarán su millonaria ficha en cuanto se confirme su marcha al Al-Ahli.