El Eldense es nuevo equipo de LaLiga Smartbank. Hay que remontarse a la temporada 1963/64 para encontrar la última participación de este club en la categoría de plata del fútbol español. Antes, todavía sin llegar a la década de los 60, pudieron encadenar hasta tres cursos seguidos. Desde entonces, han intercambiado la extinta Segunda B con lo que antes era la Tercera.

El cuadro de Elda fue noticia meses atrás por su intención de construir un gran estadio para dar cabida a 18.000 personas (con parking subterráneo y tanto zona hotelera como comercial). Entonces lideraban el Grupo II de la Primera RFEF y parecían meter la directa hacia Segunda, pero lo cierto es que el ascenso ha llegado con mucha agonía, en los minutos finales del encuentro decisivo de la liguilla.

No es una casualidad que el conjunto dirigido por Fernando Estévez haya vivido una progresión tan clara y evidente. Una gran parte de culpa la tiene Pascual Pérez, dueño de la entidad e importante empresario que también preside la empresa Finetwork, patrocinador de la Liga F y de la Real Federación Española de Fútbol -varios medios dieron por roto este último contrato, pero aparece en la web-.

El flamante integrante de LaLiga competía en la quinta división en la campaña 2020/21. Su buen hacer lo llevó a la Segunda RFEF, la cual dejaron atrás un año después. Habían dado un paso de gigantes, pero la plantilla, sin grandes nombres propios ni estrellas, quería todavía más. Y eso llegó este 25 de junio, una fecha marcada en la memoria de unos aficionados que están de celebración. 

De la nada a la fiesta

Pocos se acuerdan ahora, porque el contexto es de alegría e ilusión, de lo que ocurrió en 2017. Eran colistas y se enfrentaban al líder, al Barcelona B, que se impuso por una abultadísimo y extraño 12-0. La clasificación mostraba una gran diferencia entre ambos, pero en ningún caso tan amplia como para que se diera tal paliza. Las imágenes del choque, con una actitud bastante pasiva de los visitantes, se presentaban como un claro indicio de un supuesto caso de amaño.

Cheikh Saad, entonces integrante del plantel, denunció lo que ya intuía. Se negó a entrar al terreno de juego y los suyos no hicieron ninguna modificación, otro dato que también es novedad. "A mí nadie me va a joder la carrera, y menos por estas cosas. ¡Vergüenza, puta verguenza! ¡¡Luego no sé cómo pueden mirar a la gente a la cara!!", apuntó el ariete en Twitter. El grupo inversor Nobile Capuani, al frente de la sociedad por aquellas fechas, acusado junto a varios de los futbolistas. El caso sigue sin resolverse.