El Chelsea ha gastado más de 1.000 millones de euros en poco más de un año (las tres últimas ventanas de traspasos), pero por más dinero que inviertan -o, mejor dicho, gasten- no hay manera de volver a esa época en la cual eran candidatos a todo, incluida la Liga de Campeones. La realidad ahora, sin participar en competiciones europeas, es muy diferente. Y ni siquiera eso ha provocado que, de momento, cosechen resultados positivos en la Premier League.
A lo largo del presente 2023, la entidad de Stamford Bridge ha acumulado 34 encuentros oficiales. Y el balance es nefasto: siete victorias (contra Crystal Palace, Leeds United, Borussia Dortmund, Leicester City, Bournemouth, Luton y Wimbledon), diez empates y 17 derrotas. Conviene destacar que tres de los citados compiten en alguna división inferior a la máxima categoría y uno de ellos es un recién ascendido. Es por ello que los triunfos, salvo el de la Champions, consuelan poco.
Mauricio Pochettino sigue sin dar con la tecla, y no será por la falta de refuerzos (Moisés Caicedo, Robert Sánchez, Axel Disasi, Nicolas Jackson, Christopher Nkunku, Roméo Lavia o Cole Palmer). El argentino llegó a finales de mayo con la intención de recuperar la mejor versión de un equipo que acabó la pretemporada sin perder. Pese a que todavía tiene margen para cambiar esta mala dinámica -cinco puntos de 15 posibles en el torneo doméstico-, las sensaciones no son positivas.
Tras perder frente al Nottingham Forest en casa y no pasar del empate en la visita al conjunto dirigido por Andoni Iraola, tendrán su próxima oportunidad este domingo (a las 15h00 CET). El Aston Villa, con Unai Emery al frente, tratará de prolongar esta situación de los Blues. El miércoles, además, se verán las caras con el Brighton en un duelo a vida o muerte en la EFL Cup, mientras que entre octubre y noviembre se encontrarán con Arsenal, Tottenham, Manchester City y Newcastle.