"Poco más de dos horas de entrenamiento real en el espacio de diez días", entre partido y partido.

De eso se quejaba Jürgen Klopp con su Liverpool antes del partido del pasado sábado contra el Arsenal, en un calendario cada vez más apretado que el técnico alemán no deja de criticar cada vez que tiene ocasión para ello.

"Tenemos que hacer cambios, si no, no lo conseguiremos", añadió antes del partido de este martes contra el Burnley. Los Reds, que también saltarán al césped para disputar el clásico Boxing Day, entre Liga, Europa League y Copa de la Liga cerrarán diciembre con ocho partidos jugados, nueve con el encuentro del 1 de enero correspondiente a la vigésima jornada de la Premier League, que luego descansará un par de semanas.

El capitán red, Virgil van Dijk, también opinó sobre este calendario "que exige mucho compromiso, tanto mental como físico". Pero no todos piensan así, como afirma Vincent Kompany, entrenador del Burnley, rival del Liverpool mañana

"Siempre me ha gustado el Boxing Day, porque no tiene sentido", afirma el exjugador del Manchester City. "Es cierto que es muy exigente para los que juegan, pero nunca se ven tantas caras felices en el estadio como en este periodo, todo el mundo está de buen humor. No me importa salir al campo y no quiero que el equipo se queje" de jugar demasiado.