El Aston Villa se ha convertido en una de las grandes revelaciones de Inglaterra y, también, de Europa. Todavía queda mucha temporada por delante y Unai Emery rechaza que sean candidatos a conquistar el título, pero la clasificación de la Premier League dice algo muy distinto. Son terceros con 35 puntos, misma cifra en el apartado de los goles a favor (por una veintena en contra), y pueden presumir de una balance cuanto menos prometedor (once victorias, dos empates y tres derrotas).
Incluyendo todas las competiciones, su equipo suma siete encuentros seguidos sin perder -la última vez, contra el Nottingham Forest a principios de noviembre-. Y no han sido pocos los triunfos de peso, ya que han superado al Tottenham Hotspur (1-2), al Manchester City (1-0) y al Arsenal (1-0). Los dos últimos son los principales candidatos a levantar el título y fueron incapaces de llevarse algún premio en su visita a Villa Park.
La fantástica racha como local empezó la pasada campaña y durará, como mínimo, hasta el 22 de diciembre, cuando volverán a competir en casa. Recibirán al Sheffield United, el colista de la categoría, un contexto ideal para sumar el decimosexto resultado positivo de forma consecutiva (todo empezó el 4 de marzo, fecha en la cual se impusieron por la mínima al Crystal Palace). También se presenta asequible la cita frente al Burnley, que cerrará el año.
Cayeron por última vez en casa hace más de dos meses, en los dieciseisavos de la Carabao Cup (1-2 ante el Everton). Obligado a dosificar a la plantilla -también están presentes en la Conference League-, Emery dio entrada a jugadores menos habituales, como el guardameta sueco Robin Olsen o el delantero colombiano Jhon Durán. El francés Boubacar Kamara hizo el definitivo 1-2 tras los goles de James Garner y Ashley Young.