España ha ganado un partido de los últimos cinco que ha disputado. Todo lo ocurrido antes del empate frente a Alemania, resultado que se entendió positivo entonces después de la paliza frente a Costa Rica por 7-0, queda fuera de esta racha tan negativa que no podrá romperse hasta junio, cuando llegará el duelo de semifinales de la Liga de Naciones ante Italia. Cabe recordar que la Azzurri, vigente campeona de Europa, no logró el billete para Catar y ha perdido dos de sus tres compromisos más recientes.
Perder contra Japón fue todo un varapalo, pero el objetivo era pasar a octavos -aunque fuese como segundos de grupo- y se cumplió. Días después llegó la gran cita frente al país vecino; incapaces de marcar durante los 120 minutos de partido, la ley de los once metros mandó al cuadro entonces dirigido por Luis Enrique de vuelta a casa. Oficialmente, claro, computa como empate.
La resaca posmundialista quedó superada hace ya algunos meses. Se ha pasado una página en el calendario (de 2022 a 2023) y se ha producido una importante revolución en el seno de la Roja. El triunfo ante Noruega animó a los más optimistas pese a que el marcador era de 1-0 hasta los minutos finales y los nórdicos tuvieron varias oportunidades para igualar, pero lo ocurrido en Hampden Park ha activado de nuevo el piloto rojo. Entre las dos Españas, un triunfo en los últimos cinco duelos.
La selección no vivía una situación similar desde 2020. Al amistoso contra Portugal, que acabó en empate (0-0), le siguieron la victoria frente a Suiza (1-0) y la derrota ante Ucrania (1-0). Estos tres compromisos tuvieron lugar durante el mes de octubre -los dos últimos de carácter oficial-, antes de medirse a Países Bajos (1-1). El 14 de diciembre, de vuelta a la Liga de Naciones, firmaron tablas en la visita a Basilea (1-1). La sequía acabó con una espectacular paliza frente a Alemania (6-0).