Rubiales lleva en el cargo desde 2018 y resulta paradójico que la celebración de uno de sus mayores éxitos como presidente, la conquista inesperada del Mundial femenino por parte de España, haya sido la causa de su adiós. Su reprobable actitud en multitud de gestos durante el festejo del título en Australia han generado una imparable ola de rechazo hacia él que le ha acorralado y le ha obligado a adoptar una decisión fulminante.  

Las reuniones que ha mantenido con su gente de confianza en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas y el consejo de personas de su círculo más próximo le han ratificado que la mejor forma de solucionar este conflicto era presentar su renuncia al cargo.

Lo más probable es que la dimisión la comunique mañana viernes en la Asamblea General Extraordinaria de la Federación Española de Fútbol. Si no hay sorpresa de última hora, Rubiales dejará de ser presidente del máximo organismo federativo del fútbol español.