Un gol de Alemania contra Corea del Sur provocaba que el conjunto germano subiera a la primera posición, Colombia cayera a la segunda y Marruecos dijera adiós a los octavos de final. Marcó Alexandra Popp, pero la árbitra lo anuló por fuera de juego. Minutos más tarde, un remate suyo se marchó al travesaño y ni siquiera los 16 minutos de descuento -por diferentes interrupciones- posibilitaron que la segunda clasificada en el ranking FIFA marcara el 1-2.

El equipo comandado por Martina Voss-Tecklenburg ganó 6-0 en su debut y las probabilidades de que no se clasificaran eran mínimas. Pensar entonces que el conjunto norteafricano, en su primera participación histórica en un Mundial, podía llegar a superar en la tabla al rodillo que acababa de aplastarlo era una cuestión utópica y prácticamente imposible. 

A veces, sin embargo, se dan milagros en el del fútbol: el cuadro comandado por Reynald Pedros ganó por la mínima al plantel asiático (0-1) y repitió este jueves para auparse a la segunda plaza con mucha heroica. Pese a que no dependían de sí mismas, cumplieron y esperaron hasta que sonó el pitido final en el otro estadio y confirmó lo inesperado: una auténtica novata rompía la increíble racha de la Die Mannschaft, que nunca se había despedido tan pronto de la cita más importante a nivel de selecciones. 

Basta con observar los números de goles para, por si no fuera suficiente con todo lo anterior, comprender por qué es tan inédito. La tercera clasificada se marcha con un balance muy positivo (+5) y la segunda avanza con un parcial negativo (-4). Son nueve unidades de diferencia, un registro que sólo tiene valor si hay igualdad de puntos (seis frente a cuatro en este caso).