Las formas con las que el polaco presionó para salir del Bayern con destino a Barcelona no gustaron nada a los mandamases muniqueses. 

Ni siquiera los 45 millones de euros que dejó un futbolista más que amortizado y con 34 años en su carnet redujo el malestar en la directiva del Bayern, que se sintió chantajeada por el goleador, a sabiendas de que el Barcelona presionaba por detrás. 

Ahora, el club azulgrana ha seguido una estrategia parecida con Kimmich. Un fichaje inviable por el montante económico que habría que desembolsar. Pero aun así, desde el Barça no han dejado de mandarle guiños y señales para que se convierta en el sucesor de Busquets. Una forma de que el centrocampista, que ya dijo la pasada semana que no piensa marcharse, presione a su manera.

El Bayern acusa

"Respeto al Barcelona y a Xavi, pero no entiendo por qué están flirteando con nuestro jugador de una forma tan abierta y ofensiva", ha comentado Hainer en Sky.

Y para dejarlo más claro aún, ha declarado que "Kimmich es una piedra angular de nuestro proyecto y es implanteable su salida. Está firmemente comprometido en nuestros planes de presente y futuro con total seguridad".

El Barcelona, por si no lo tenía claro, ni con dinero sacaría al capitán alemán del Bayern.