"Todavía me quedan dos años de contrato y tenemos grandes planes en el Bayern", ha declarado el internacional alemán.
Kimmich, que comenzó su carrera como lateral derecho para ser reconvertido por Guardiola en medio centro, encaja deportivamente como sustituto de Busquets. Pero a nivel económico es inviable que el Barcelona pudiera tratar su fichaje, no sólo por su salario sino por el traspaso que debería pagar al Bayern.
Y eso siempre que el conjunto bávaro quisiera negociar. Algo que más que difícil después de las tensas relaciones que tienen ambas entidades desde lo sucedido con Lewandowski el pasado verano.
Pero por si acaso, Kimmich ha querido dejar claro que "no estoy involucrado en los rumores", al tiempo que ha bajado la tensión con la directiva del Bayern después de las destituciones del director deportivo -Salihadmizic- y del CEO -Oliver Kahn- nada más acabar y ganar la Bundesliga.
"Cuando aseguras el título y luego te llega una noticia como esa, estás en una montaña rusa emocional. Podrían haber esperado un par de días", ha comentado ya restándole importancia a lo sucedido.