El Brujo de Arteixo nos ha dejado en vida. El que fuera arquitecto como técnico de aquel maravilloso Deportivo que enamoró a todo un país, que luchó contra los grandes y les ganó, que hizo historia con el conjunto gallego, ha fallecido.
Atrás quedan aquellos años como jugador en la década de los 50 y la revolución que, muchos años después, ya como entrenador, hizo para que, junto a unos futbolistas a los que hizo estrellas, como Fran, Liaño, Donato o Djukic, acompañado de otros que ya lo eran, como Bebeto, hacer historia y ganar la Copa del 95 después de haberse quedado a un penalti de ganar la Liga 93-94 que tanto mereció.
Arsenio Iglesias nació el 24 de diciembre de 1930. Después de debutar como delantero con el primer equipo del Deportivo, donde estuvo seis temporadas, se marchó al Sevilla, y de ahí al Granada, Oviedo y Albacete.
Una vez colgadas las botas, en los 70 tuvo la oportunidad de entrenar a su equipo del alma. Y en la década de los 80, también. Y en los 90, a la tercera, fue la vencida con su triunfo. Tal fue su buen hacer que salió de su retiro en el invierno de 1996 para aceptar la propuesta del Real Madrid de intentar arreglar un equipo en crisis. No lo consiguió. Su última etapa fue un binomio con Fernando Vázquez para codirigir a la selección gallega hasta 2008.
Arsenio es aún el entrenador con más partidos oficiales dirigidos al Deportivo de la Coruña con 568. Y sumando los que jugó como futbolista, participó en un total de 714 encuentros, lo que le convierte, como ha recordado la propia entidad coruñesa, en "el personaje con mayor influencia directa en el terreno de juego a lo largo de estos 116 años" de historia blanquiazul.
Hijo adoptivo de La Coruña, con una calle en la ciudad, con la Ciudad Deportiva del conjunto de Riazor que lleva su nombre, Arsenio Iglesias es y será inolvidable. Descanse en paz.
