Sergio Reguilón (26) estaba llamado a suceder a Marcelo Vieira como lateral izquierdo del Real Madrid. Había destacado en el Castilla y ya daba pasos con el primer equipo. Participó en cuatro partidos de Champions League y sumó 18 en los campeonatos nacionales, lo que provocó el interés del Sevilla, que decidió incorportar a un futbolista joven y con mucho potencial para la campaña 2019/20, cuando tuvo un papel principal a las órdenes de Julen Lopetegui.
Fruto de su gran rendimiento, el Tottenham Hotspur decidió invertir 30 millones de euros para blindar el costado izquierdo, pero en la Premier League ha tenido algunas dificultades para adaptarse. Diferentes problemas físicos han condicionado, al menos hasta ahora, su trayectoria en la principal competición británica (ha disputado 52 partidos, ha marcado un par de goles y ha repartido seis asistencias).
Ni mucho menos ha tenido un rol residual en Londres, pero su salida -en forma de cesión- rumbo al Atlético de Madrid revela que está lejos de ser un imprescindible. Si la idea era que se revalorizara en su vuelta a LaLiga, la realidad es que ha ocurrido todo lo contrario, ya que ha jugado sólo cinco encuentros y ninguno de ellos en Europa. La última vez que jugó fue contra el Almería, a mediados del mes de enero, y terminó expulsado tras ver dos cartulinas amarillas pese a jugar apenas 20 minutos.
Del cielo al infierno
El datos más preocupante, sin embargo, lo encontramos en el hecho de que lleva un año sin formar parte de un once. Hay que remontarse al 16 de abril de 2022, en la derrota del Tottenham ante el Brighton, para ver a Reguilón desde el principio y, además, durante los 90 minutos. Acumuló dos partidos consecutivos como titular e incluso cinco de los últimos seis más recientes por aquel entonces.
Es prácticamente seguro que no seguirá en el Cívitas Metropolitano, pero igualmente se presenta incierto su futuro. Eso sí, tiene contrato con el club que tiene sus derechos hasta 2025 y ha perdido prestigio entre los equipos importantes. Aunque llegó a disputar seis partidos con España, el último en noviembre de 2020 (empate a uno contra Suiza), sus mejores tiempos quedan lejos en el tiempo.