Esos casi 10 millones extra para el Madrid representan un beneficio importante pero no esconden el problema más relevante del equipo esta temporada. Con las bajas de Benzema, Asensio, Mariano y Hazard, la dirección deportiva tendrá que recomponer la delantera pero, como bien dijo Ancelotti hace unas semanas, la gran cruz del equipo esta temporada ha estado atrás, en la línea defensiva.
En el último partido, sin ir más lejos, frente al conjunto de Ernesto Valverde, a Courtois le chutaron ¡¡¡nueve veces!!! a portería (por dos del Madrid). Resultado: ocho paradas (incluido un penalti) y un gol. Sin el belga entre palos, lo más lógico es que el Madrid hubiera perdido el encuentro.
Salvo en algunas excepciones, esas llegadas tan fáciles de los rivales al área madridista han sido una tónica habitual durante toda la temporada. El Madrid ha sido el equipo más efectivo en ataque (75 goles a favor por 70 del Barça y del Atleti) pero la gran diferencia ha estado en los tantos recibidos. A los blancos, muy frágiles en esa faceta del juego, les han marcado 36, 16 más que al Barça, tres más que al Atleti y uno más que a la Real Sociedad. Y eso con uno de los mejores porteros del mundo salvando ocasiones claras de los adversarios de forma continuada.
No es sólo una cuestión de la zaga sino del sistema defensivo del equipo. Sin el tapón de Casemiro, Tchouameni ha estado muy lejos del nivel mostrado cuando llegó, Kroos no es un jugador dotado de las cualidades necesarias para jugar de mediocentro defensivo y a Camavinga le falta poso para controlar su impulso y mantener la posición. Por muchos delanteros que fiche, si no mejora el aspecto de contención (el que ha hecho campeón al Barcelona) de nada servirá. Un coche con mucho acelerador y poco freno está destinado a estrellarse. Y Ancelotti lo sabe.