Lo de 'mejor tarde que nunca' es algo que no le sirve al actual Barça. El tiempo juega en su contra y, para cuadrar cuentas y el fair play financiero, antes del cierre de campaña, del curso 22/23, debe rebajar la masa salarial.
De lo contrario, los directivos, Laporta el primero, deberán avalar con su propio patrimonio para que LaLiga no multe al club y le impida inscribir ya los contratos de renovación de Gavi, Araujo y Marcos Alonso, o también el de los nuevos fichajes, como el de Íñigo Martínez, que sigue en stand by.
Para aliviar esa tensión, hay dos futbolistas cuyo futuro no pasa por vestir de azulgrana. Dos centrales, dos franceses, dos zurdos, que han estado cedidos y han dejado buenas sensaciones: Lenglet y Umtiti.
El primero podría continuar en el Tottenham tras su buen hacer en Inglaterra, mientras que el segundo, que ha recuperado buenas sensaciones en el Lecce, ha sido tentado por Arabia Saudí.
El Barça no está en condiciones de exigir demasiado y ya sólo librarse de sus salarios sería una gran solución para estos días. De ahí que esté apretando para intentar acelerar sus salidas aun a pesar de que, con más tiempo, podrían sacar más tajada económica. Pero el tiempo vuela, el curso, también el económico, se cierra a 30 de junio, y las operaciones que no se hagan antes no podrán meterse en el ejercicio 22/23.