Asier Villalibre (25) es un jugador diferente: tiene como apodo el 'Búfalo', luce una barba atípica en el gremio, toca la trompeta, es miembro de un grupo de música (Orsai) y disfruta jugando a la pelota con los chavales en el barrio. Se trata pues de una especie en extinción y de un perfil muy específico que rompe con todos los estereotipos asignados a los futbolistas.
El ariete, que va rumbo a la década en el deporte rey, había pasado bastante frío lejos de Bilbao hasta esta última cesión. Debutó en Segunda durante el curso 2015/16 y tuvo sus primeras oportunidades en LaLiga Santander en la siguiente campaña, cuando salió a modo de préstamo rumbo al Numancia. Después, ya en la 2017/18, formó parte del Real Valladolid y del Lorca.
Ha tardado en torno a un lustro en volver a salir de casa. La filosofía del Athletic Club hace que la entidad sea muy prudente a la hora de acometer ventas. Curiosamente, tras jugar con cierta continuidad en el fútbol profesional, bajó un escalón para pasearse por la extinta Segunda B (23 dianas en 17 jornadas), lo que le permitió dar el salto definitivo al primer equipo. Casi siempre a modo de revulsivo y en contadas ocasiones como titular, rindió a su mejor nivel en el curso 2020/21 (cinco tantos y dos asistencias).
Vuelta a Bilbao... o no
Villalibre, que llegó a sumar un par de participaciones en la Europa League, aterrizó en el Deportivo Alavés durante el mercado invernal en busca de oportunidades. Debutó con doblete frente al Eibar -al que le volvió a marcar en la liguilla- y se incorporó a la fiesta de La Romareda para aplastar al Zaragoza en su segundo encuentro como albiazul. Y tardó más de tres meses en volver a mojar, ante el Málaga, pero se puso la capa de héroe este sábado para, desde el punto de penalti, erigirse héroe de Vitoria.
Su futuro pasa, en principio, por volver a San Mamés porque el acuerdo no incluía ninguna opción de compra, si bien el Glorioso está en su derecho de preguntar si hay opción a que se repita la película. Ha tenido un papel importante a las órdenes de Luis García Plaza y, pese a la larga sequía goleadora, ha aparecido en momentos muy importantes. Seis goles dan como resultado una proyección de 12 en una temporada completa. Además, tiene un bagaje de casi 100 presencias en la élite.