El futuro puede ser suyo. Y por eso no hay grande que se resista a pagar los 18 millones de euros que cuesta su contrato con el Fenerbahçe. Pero precisamente por esa baja cláusula de libertad, su entorno pretende encarecer hasta límites insospechados el precio de su joven valor. 

Fue el Sevilla el primero en tentarle, y a Arda Güler le seduce mucho más esa opción que no marcharse a un Real Madrid o al Barcelona, donde sus minutos, si es que no es cedido a un tercero, estarían muy limitados. A su edad lo que quiere es seguir acumulando minutos en partidos de alto voltaje. 

Sin embargo, el club hispalense se lo está pensando. Las comisiones que ha solicitado su padre, que ejerce como su representante principal, son más altas que incluso el propio traspaso, en torno a 20 millones de euros, según indican desde Turquía. Y entre eso y el salario, la operación supondría unos 45 millones de inversión sólo el primer año. 

Si esas exigencias no se reducen drásticamente, el futuro de Güler no pintará de blanco sevillista. Demasiado riesgo. Y puede que tampoco se acerque a España.