Este Girona es un superequipo
El Girona marca el camino de cómo hay que competir en Primera cuando se consigue el ascenso de forma tardía y, por tanto, hay menos tiempo para planificar la próxima temporada. Algunos fichajes y cesiones de nivel (véase los casos de Miguel Gutiérrez, Taty Castellanos, Viktor Tsygankov, Rodrigo Riquelme u Oriol Romeu), además de un bloque consolidado (Aleix García, Santiago Bueno o Arnau Martínez), han sido las dos principales claves para lograr el objetivo con tanta solvencia.
Si por algo se ha caracterizado el equipo catalán, que tumbó al Real Madrid en casa (4-2) y bajó de las nubes al Sevilla de José Luis Mendilibar en Nervión, es por su gran producción ofensiva. Con 44 puntos en su casillero y una privilegiada octava posición, los de Montilivi se han erigido como uno de los equipos más peligrosos del campeonato liguero, ya que han marcado medio centenar de goles, sólo por detrás del propio Madrid, el Barcelona y el Atleti. Más del doble, por ejemplo, respecto al Elche (24).
El Almería, fiel a Rubi
Pese a que Turki se ha caracterizado en los últimos tiempos, en parte, por el sinfín de movimientos en el banquillo y la inestabilidad deportiva, ha optado por mantener a Rubi. Las malas rachas no han provocado la salida del catalán, quien a falta de seis encuentros tiene a su equipo fuera de la zona roja. Lo cierto es que el margen es de sólo dos puntos y el Valencia, con mucho más bagaje en la élite y una plantilla con mejores nombres, empieza a dar síntomas de resurreción.
Llevan tres derrotas en los últimos cuatro encuentros y han llegado a encajar hasta cuatro de forma consecutiva durante un catastrófico mes de septiembre en el cual se quedaron a cero. La baja de Umar Sadiq hizo mella en una plantilla sin demasiada experiencia en LaLiga Santander. Pueden presumir de haber ganado al presumible campeón, el Barcelona, un resultado (1-0) que podría llegar a ser decisivo dentro de un mes, cuando se resolverá la pugna por la ansiadísima permanencia.
Pezzolano, revolución en Valladolid
José Rojo Pacheta presumió de haber tenido a su equipo fuera del descenso cuando la dirección deportivo optó por prescindir de sus servicios. Una dinámica de resultados mejor que la sufrida en 2022 por el Almería, con dos puntos de 12 posibles y una goleada en el Santiago Bernabéu (6-0), provocó la salida del entrenador burgalés, que tendrá gran parte de culpa si el Real Valladolid llega a la jornada 38 al menos un puesto por encima respecto al antepenúltimo clasificado.
La llegada de Paulo Pezzolano ha agitado a la plantilla, una evidente sacudida que no siempre ocurre. El argentino, que ya ha recibido una sanción de dos partidos por su exceso de energía, salió airoso en sus tres primeros compromisos (empate ante el Real Mallorca y triunfos contra Villarreal y Girona), pero lo ocurrido en los últimos días -perdieron frente a Valencia y Atleti- ha reducido la euforia. La buena noticia para los blanquivioletas es que tienen un preciado colchón de cuatro unidades.