Osasuna ganó distancia respecto al descenso y dejó en una situación todavía más complicada al Granada, que va a dormir en la zona roja de la clasificación, como mínimo, durante otra semana. Ambos clubes inauguraron la décima jornada de LaLiga EA Sports en un partido cuya previa estuvo marcada por la baja de Shon Weismann. El israelí compartió unas controvertidas publicaciones sobre el conflicto en Gaza e incluso ha sido denunciado ante la Fiscalía provincial por un presunto delito de odio.

Esta situación provocó que el jugador estuviera en el punto de Indar Gorri, el grupo radical del conjunto navarro, de modo que su equipo decidió que no viajara por motivos de seguridad. Aparte, el delantero recibió varias amenazas en redes sociales a raíz de esos mensajes (ya borrados) tras el sangriento ataque lanzado el 7 de octubre por el movimiento islamista Hamás. Su país respondió con una serie de bombardeos que han provocado miles de muertes de civiles.

Aunque los aficionados no tenía permitido introducir banderas de Palestina en El Sadar, el citado sector de la grada consiguió acceder al campo con decenas de unidades. Todos juntos las enarbolaron para así formar una estampa que no pasó desapercibida en directo para los allí presentes y, tampoco, en la retransmisión televisiva. Es por ello que el perfil de Twitter (ahora X) del cuadro rojillo ha recibido multitud de respuestas por parte de ciudadanos de Oriente Próximo.

Pese a que estaba a cientos de kilómetros, el nombre de Weismann sonó en más de una ocasión para desearle la muerte. Teniendo en cuenta la férrea posición que está teniendo LaLiga ante situaciones de este tipo, es bastante probable que se intente identificar a quienes se refirieron en tales términos al jugador y, en esa misma línea, no sería de extrañar que llegara una proposición de cierre parcial del estadio -ya le ocurrió al Valencia este mismo año por los insultos a Vinicius Júnior-.