Pedri González sigue persiguiendo la ansiada continuidad, un deseo que se ha convertido en misión imposible durante las últimas temporadas. Aunque la actual campaña empezó de la mejor forma posible, incluyendo un gol decisivo frente al Cádiz en la segunda jornada de LaLiga EA Sports, muy pronto empezó a torcerse de nuevo. ¿El motivo? Los problemas musculares, principal obstáculo en su todavía corta trayectoria en la élite.
Desde aquel curso en el cual sólo se perdió un encuentro del campeonato regular y en el que apenas tuvo descanso (jugó tanto la Eurocopa como los Juegos Olímpicos y en ambos torneos tuvo un papel destacado), nada ha vuelto a ser igual para el ex de la Unión Deportiva Las Palmas. Aparte del futbolista, que es la gran víctima, el otro perjudicado en esta historia ha sido el Barcelona, resignado a dejar de contar con una pieza esencial.
Pedri, de hecho, aún no sabe lo que es estar a las órdenes de De la Fuente desde que éste ascendiera a la absoluta por la salida de Luis Enrique. Y eso que el técnico de Haro lleva un año en el cargo. Es un que dato refleja a la perfección cómo han sido los últimos 365 días -y muchos más- del talentoso mediapunta, quien no pudo participar a lo largo del 2023 y tampoco lo ha hecho aún durante el actual (hay que remontarse al pasado 6 de diciembre de 2022, en Catar).
El tinerfeño se vio obligado a parar de nuevo el pasado 3 de marzo, en la visita a San Mamés, y casi un mes más tarde ha recibido el visto bueno de los servicios médicos para regresar al césped. Todavía tiene que ejercitarse de forma individual, lejos de sus compañeros, y no tiene ninguna posibilidad de volver este fin de semana, precisamente contra el equipo insular, si bien sus ojos empiezan a desviarse hacia la eliminatoria de Champions ante el París Saint-Germain.