Marcelino García Toral (58) vuelve a sonreír tras verse obligado a abandonar el Olympique de Marsella por la presión de los ultras. La eliminación en la previa de la Liga de Campeones fue todo un varapalo para la entidad francesa, que aspiraba a disfrutar de la prestigiosa competición. El clima cambió por completo a partir de entonces y el hecho de sumar sólo una victoria en los cuatro encuentros posteriores tampoco ayudó demasiado.

"No pensaba hace muy poco tiempo que pudiera darse esta circunstancia, pero la vida nos lleva a caminos donde uno fue feliz. Aquí pasé casi cuatro años maravillosos, algo que para mí también es importante. Vivimos momentos de dificultad, en mi caso a nivel personal, y todo me viene a la mente. El Villarreal fue un cambio en nuestra trayectoria profesional. Hay que ser siempre agradecido, o así lo pienso yo", arrancó el técnico, incapaz de aguantar las lágrimas.

Echó al vista atrás al pasado e hizo referencia a su sonado adiós. "Seguro que cada uno tuvimos nuestra parte de responsabilidad, la cual asumo", añadió el ex del Athletic Club de Bilbao, quien también comentó que el tiempo ayuda a centrar la atención en lo que más relevancia tiene. En ese sentido, el contrastado preparador destacó el "trato" que recibió en aquella etapa (de la temporada 2012/13 a la 2015/16) y los "logros alcanzados".

Sin "varita mágica"

"Es un placer volver a estar aquí y en este magnífico estadio. Espero responder a las expectativas y a la confianza. El reto no es fácil porque un entrenador siempre prefiere empezar un proyecto a principios de temporada en vez de llegar en el transcurso de la misma, pero esto es fútbol. Estamos absolutamente convencidos de que podremos revertir la situación para llevar al club al lugar que le corresponde", continuó Marcelino, quien dejó claro que cree en la plantilla porque es "buena".

"Vengo con la misma humildad, pasión, ambición e ilusión que aquel 13 de enero. Es un número afortunado porque ahora me toca venir un 13 de noviembre. Esperemos que sea el indicio, aunque ojalá no pierda el primer partido por 5-0 como entonces. También os digo que soy Marcelino García; ni me llamo Salvador ni me apellido Milagros. Trabajaremos con la misma honradez que siempre para intentar que todos disfrutemos", apuntó antes de aclarar que no tiene "ninguna varita mágica".