Bryan es un jugador vistoso y divertido. Vertical, encarador, regateador y valiente. Su juego entra por los ojos. Su aterrizaje en LaLiga, igual que ocurre con Lamine Yamal, ha sido de un impacto brutal. El gol marcado al Mallorca el último fin de semana y su exhibición global lo confirman como un jugador desequilibrante y de gran futuro. Una de las imágenes del regreso del Granada a LaLiga fue la de este pequeño malagueño (1,64m) con lágrimas en los ojos, las manos en la cara y que no terminaba de creerse la gesta lograda. En el minuto 57 de partido marcó el 2-0 frente al Leganés y se reafirmaba como el nuevo gran ídolo de Los Cármenes. En total, logró 5 goles en Segunda División.
Su “explosión” como jugador de élite absoluta ha sido algo tardío pero ha entrado por la puerta grande. De niño se formó en las categorías inferiores del Tiro Pichón, club popular en Málaga, y también pasó por las del Granada, que lo fichó de joven, antes de irse cedido al CD El Ejido. El 30 de noviembre de 2021, hizo su debut con el primer equipo en la Copa del Rey contra el Club Deportivo Laguna, partido que finalizó con un resultado de 0-7.
Ahora, tras sus brillantes actuaciones en LaLiga, en Granada temen que el Sevilla, si se marcha Ocampos a la Premier, pueda intentar pescar a un futbolista que deslumbra y cuyo techo está por descubrir. No quieren sufrir otro caso como el de Samu Omorodion, fichado por el Atleti recientemente a cambio de 6 millones de euros.