Sólo un partido como titular. Ante la Arandina en la Copa del Rey. Y luego, minutos sueltos en los finales de varios encuentros de Liga y Supercopa en los que es difícil destacar. Pero es lo que le ha dado hasta el momento un Ancelotti que no regala nada a nadie. Si los titulares están bien, no va a cambiar.
Pero ahora Bellingham está fuera de combate. Y también ha caído Joselu. Sólo tiene a Vinicius, Rodrygo y Brahim como delanteros. En algún momento, es de suponer, deberán descansar. Ahí es donde se le abre la puerta al turco.
Tal y como hizo Brahim cuando pasó inadvertido en los primeros compases del curso, Güler deberá aprovechar cualquier mínimo instante para destacar e ir entrando, poco a poco, en la rotación. En teoría, esas oportunidades deberían comenzar a llegarle ahora, cuando será a priori el primer cambio ofensivo del equipo en caso de necesidad.
Si es capaz de aprovechar esos ratos, tendrá más. Si no, la cesión para la próxima campaña, en la que estarán Mbappé y Endrick ya como mayor competencia, será su única oportunidad de jugar con asiduidad.