Parecía un debate muerto incluso antes de empezar. Tras la lesión de Courtois, en el Madrid no las tenían todas consigo con Lunin. De hecho, antes del infortunio del belga, el ucraniano estaba más fuera que dentro.
Tuvo que jugar porque no había llegado aún el refuerzo. Pero en cuanto arribó Kepa Arrizabalaga, desoyendo un acuerdo verbal con el Bayern de Múnich, el meta vasco se sabía titular. Y así se lo demostró Ancelotti, dejando a Lunin el primer encuentro en el que ambos estaban disponibles, mas dándole la titularidad indiscutible después.
Y así habia sido hasta la lesión del internacional español. Hubo que tirar entonces de nuevo del suplentísimo y resultó que lo ha hecho mejor, con más paradas, más intervenciones existosas, hasta el punto de convertirse en salvador y dar puntos, como en el Villamarín.
Ante el Betis, precisamente, el portero cedido por el Chelsea ya estaba disponible, pero se quedó en el banquillo. La gestión de grupo del entrenador, más allá de un desliz verbal días antes, ha sido magnífica, respetando el buen nivel mostrado por Andriy. A Kepa le dejó el intrascendente duelo de Champions.
Ahora, sin embargo, la historia es otra. A tenor de su comportamiento anterior, todo haría indicar que el elegido sería el español, que vino para eso. Pero su compañero se lo ha puesto muy difícil. "Me hacen dudar, es obvio, por la simple razón de que están muy bien los dos", ha reconocido el técnico blanco.