Iago Aspas (36) se postula de nuevo como la gran baza del Celta de Vigo para el curso que acaba de comenzar. Es algo habitual, pero la salida de Gabri Veiga (21) provoca que su papel sea todavía más importante. Si los celestes han conseguido tener continuidad en la élite del fútbol español, en parte es gracias a una estrella local que nació para brillar en Balaídos. No funcionó cuando puso rumbo a la Premier League (Liverpool) y tampoco cumplió con las expectativas en Sevilla.
Una clara consecuencia de esta mala racha llegó en forma de susto meses atrás: cuando parecía que la permanencia estaba asegurada a principios de abril, llegaron seis encuentros seguidos sin vencer que dieron como resultado una situación trágica en la jornada definitiva (contra el entonces campeón, el Barcelona). La afición vivió una especie de déjà vu con lo ocurrido en 2020, año en el cual se salvaron por sólo un gol -el que le faltó al Leganés frente al Real Madrid-.
Hay que retroceder al 18 de marzo de 2023 para encontrar la última diana del '10'. Marcó una de las tres que firmó su equipo en el RCDE Stadium ante un Espanyol que confirmó su descenso semanas más tarde. Tras ese triunfo llegó esa mencionada dinámica perdedora, con sólo una victoria (contra el Elche, también en Segunda ahora) en los siguientes once compromisos. Y hay un denominador común: Aspas no vio portería en ninguno de ellos.
Ya acabaron mal, pese a salvar los muebles con agonía, y tampoco han comenzado bien. Si bien las sensaciones fueron buenas frente al Real Madrid, debutaron con un resultado negativo en la visita de Osasuna (0-2) y sacaron un punto en el Reale Arena (1-1). Calendario cuanto menos complejo para arrancar (los vascos y los de la capital tienen plaza en la máxima competición continental y el cuadro navarro aspira a la Conference).
Un problema mayúsculo
Llegará un día en el que la leyenda celtista no estará en el fútbol de élite y el club sigue con la cuenta pendiente de encontrar a un goleador de garantías. Ha habido muchos intentos a la hora de dar con ese ariete fiable y de referencia (Santi Mina, Fedor Smolov, John Guidetti o Gonçalo Paciencia son algunos ejemplos) y pocos han tenido un éxito prolongado. Maxi Gómez, en sus dos campañas en Vigo, logró una media de 15 chicharros en el torneo doméstico, siempre por detrás de Iago.
Jorgen Strand Larsen, pese a todo lo que aporta, ha demostrado que no promete grandes números de cara al arco rival. Para suplir estas carencias, en un complejo contexto por los más de 150 días que lleva el internacional español sin marcar, ha llegado Anastasios Douvikas, todo un experimento debido a que sólo tiene experiencia en Grecia y Países Bajos. Los 22 tantos que firmó en la 2022/23, principal argumento a su favor.