El clima de tensión que se vive en el Pizjuán, a veces irrespirable, no beneficia en nada a los jugadores locales. Así se explican las múltiples imprecisiones que pudieron costar muy caras nada más echar a rodar el balón. No lo hicieron porque el Villarreal, en ese momento, no tuvo ambición, conformado con jugar con la ansiedad de los de enfrente y con contragolpes en solitario de Morales que morían al pisar el área. Muy poco para un equipo que cuenta con Gerard, Parejo y otros tantos para jugar de otra manera. 

Cuando los de Diego Alonso calmaron sus nervios, se hincharon a meter centros al área. Juanlu y Acuña vivían como extremos, la presión de Fernando y Sow se efectuaba en líneas muy altas, pero las ocasiones se contaban con los dedos de una mano.

En-Nesyri disfrutó de la mejor, pero, muy forzado, se empeñó en tirar con la zurda y no pudo empalar bien en el área pequeña. El resto de intentos llegaron desde la frontal, neutralizados por la nutrida defensa rival o por Jörgensen, que despejó con una gran intervención un disparo de Acuña. 

Ya al filo del descanso, de nuevo el joven meta sueco de 21 años se hizo enorme para tapar a En-Nesyri. Su rechace llegó a Ocampos, pero Foyth intervino milagrosamente para negar el merecido tanto hispalense. 

Más ataques, más ocasiones

El guion cambió en la segunda mitad. Marcelino buscó, ahora sí, la victoria. Y vaya si se notó. En tres minutos, Dmitrovic y Juanlu negaron sendos goles clarísimos a Baena y a Morales. El Sevilla tampoco se quedó atrás, pero Lukebakio sólo pudo poner la rodilla para que le pelota, a medio metro de la portería, le rebotase y saliera alta. 

Desde entonces no hubo tregua, con contínuas llegadas a las áreas y mucho trabajo para ambos guardametas. Se ganaron el sueldo y el aguinaldo. Si En-Nesyri remataba, Gerard Moreno respondía. Y también Baena se volvió a sumar, pero de nuevo se interpuso Dmitrovic.

Parecía que no habría goles... pero entonces se colgó del cielo de Sevilla Kike Salas para rematar de cabeza un gran centro de Pedrosa y poner el 1-0. 

Era el minuto 74, y mientras el Pizjuán seguía de celebración viendo cerca la primera victoria de la era Diego Alonso, Morales llamó a filas a los suyos para poner el empate nada más sacar de centro. Séptimo gol en cuatro partidos del comandante, quien silenció el estadio. 

La polémica del gol de Brereton

Y más mudo que se quedó el sevillismo cuando, a 20 segundos del 90+5, Brereton marcó el 1-2. Momentos de gran tensión hasta que llegó la revisión y el árbitro anuló el tanto que hubiera supuesto el fin de Diego Alonso. Apreció falta en la carrera con Kike Salas. Contacto hubo, no intencionado, y eso hizo tropezar al defensa.

Con el empate ya definitivo y el encuentro finalizado, la grada de Nervión dictó sentencia y pidió dimisiones y ceses. El Sevilla sigue sin ganar, mientras los de Marcelino dejan su racha desde que llegó el asturiano en tres triunfos consecutivos. 

Jugador Flashscore del partido: Morales (Villarreal).

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