Al Sevilla le ha mirado un tuerto. La crisis institucional y deportiva que padece también aparece cuando no lo merece, porque al menos hizo méritos para empatar. En el primer tiempo, el Mallorca disparó tan sólo una vez a puerta y fue gol. Fue tras una conducción de Maffeo que Cyle Larin empaló al fondo de las mallas, lejos del alcance de Dmitrovic.
El Sevilla, que ya antes había avisado por mediación de Ocampos se fue al ataque. Con un disparo alto de Rakitic. Pero como las desgracias nunca vienen solas, aún tuvo otro contratiempo. Dodi Lukébakio tuvo que abandonar el terreno de juego en el minuto 33 por lesión. Fue sustituido por Januzaj. Ya son más de diez las bajas de los de Nervión.
Los de Diego Alonso no cejaron en su empeño y Ocampos de cabeza obligó a Rajkovic a realizar una gran intervención. El meta serbio del Mallorca (los dos porteros del choque eran del mismo país) aún tuvo que hacer un paradón de matrícula en el añadido del primer tiempo para repeler un buen disparo de Juanlu. En Nesyri posteriormente pediría penalti por un agarrón continuado, pero su reclamación no fue atendida.
Rajkovic suma y sigue
La segunda parte supuso una continuidad de la primera. El Sevilla atacando y Rajkovic exhibiéndose. Así lo hizo desbaratando una llegada de En Nesyri para dar la bienvenida al nuevo tiempo. El marroquí tuvo una de las ocasiones más claras del partido para hacer el 1-1.
Gol anulado a Adrià Pedrosa
Pero el Sevilla ni podía ni debía rendirse. Y una jugada acelerada y atropellada de Adrià Pedrosa termina con remate a puerta del ex perico y gol. Pero el disparo toca en En Nesyri, concretamente en la espalda y después en el codo antes de llegar a la red y el gol es anulado de manera, cuanto menos, rigurosa. Tocaba volver a empezar.
Más adelante fue Rakitic el que probó fortuna desde larga distancia con un chut que atrapó Rajkovic sin problemas.
Fatiga del Sevilla
El Mallorca pudo sentenciar a la contra, pero Dmitrovic estuvo tan atento como su compatriota y desbarató la ocasión de Antonio Sánchez. El Sevilla en los minutos finales quería pero no podía.
Óliver Torres lo intentó con un centro chut flojo que apenas inquietó a Rajkovic. La desesperación y los nervios por la situación de la temporada se trasladaron al verde y los hispalenses se bloquearon por completo. Algunos centros al área que no crearon excesivo peligro y pitido final con decepción e incertidumbre acrecentadas por el paso de los partidos.
Nadie sabe la paciencia que le queda a la directiva con Diego Alonso. De entrada, el martes se juega su supervivencia en Europa a domicilio ante el Lens. Una victoria le mete en su Europa League. Eso o el caos. Todo hace indicar que en caso de quedar fuera de competición continental se antoja prácticamente imposible la continuidad del técnico uruguayo.
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