En esta primera jornada ya se han visto muchas de las acciones que pretende LaLiga: los jugadores del Athletic rezando un Padre Nuestro en el vestuario antes de su partido contra el Madrid, entrevistas conjuntas de Imanol con Míchel , de Setién con Pellegrini y de Sergio González con Luis García Plaza antes de los encuentros, micrófonos en las charlas de los técnicos en las pausas de hidratación...Todo ello ha enriquecido un producto que ha fomentado el show y ha hecho más espectaculares las retransmisiones.

La fiesta no ha sido completa ya que el Real Madrid no sólo no se ha prestado al nuevo formato sino que ha reducido su participación respecto a la temporada anterior. Ni Ancelotti ni los jugadores atendieron a las televisiones con derechos después del partido de San Mamés. El club blanco es coherente con su postura inicial, ya que votó en contra de las nuevas ideas desde el principio. Su guerra contra LaLiga sigue abierta. 

El aliciente económico ha sido vital para este desarrollo del producto televisivo. Para incentivar a los clubes a colaborar, LaLiga propuso destinar a ello una parte del dinero de los derechos de televisión (unos 130 millones de euros). 

Esta cantidad se repartirá según el grado de colaboración de los clubes. Es decir, a más implicación, más ingresos. La medida que fue aprobada por amplia mayoría, con un único voto en contra (el del Madrid) y dos abstenciones. 

La primera experiencia ha sido muy positiva y ha tenido una gran acogida entre los espectadores. LaLiga ha entrado en una nueva era, más vanguardista, moderna y cercana, buscando mantener al público fiel y captar a nuevos aficionados jóvenes que se enganchen a las nuevas transmisiones. El Real Madrid, de momento, no se sube a ese barco. 

La idea de LaLiga es seguir evolucionando el nuevo formato y conseguir la participación del Madrid, algo que va a resultar muy complicado.