Ángel Correa tuvo un papel decisivo en el partido contra el Cádiz, que plantó cara en el Cívitas Metropolitano y llegó a estar por delante en el marcador con un par de goles de diferencia (0-2). Era importante para los rojiblancos reaccionar pronto y ese arreón llegó apenas minutos más tarde, lo cual anuló el último zarpazo de los visitantes. Después, tras el empate Nahuel Molina y todavía con casi media hora por delante, firmó el 3-2 para dar forma a una remontada de ensueño.
"Estoy feliz por poder ayudar al equipo porque era lo que yo quería, más allá de la lesión que vengo arrastrando desde el derbi. Todavía me duele la rodilla, pero quería estar hoy y, gracias a Dios, salió bien y pudimos ganar", expresó el atacante, quien se refirió a Jan Oblak (cumplió 400 participaciones con la camiseta del Atlético de Madrid) como "una leyenda" y como "el mejor del mundo", además de poner en valor su compromiso con el club.
"Lo que puedo expresar es agradecimiento, no sólo cuando me cantan a mí sino a todos. Hoy íbamos 2-0 y la gente estuvo empujando. Eso hace que saques fuerzas de donde no las hay para ganar. Creo que nos vamos todos contentos a casa y ya estamos pensando en el partido del miércoles", comentó también Correa, que hizo referencia a la segunda jornada de la Champions League (recibirán al Feyenoord tras empatar en el campo de la Lazio).
"Jugó con un poco de dolor, pero había trabajado bien en estos días. Confiamos en lo que él tiene. Cuando está cerca del área, es muy peligroso porque gira muy bien, tiene gol y hace buenos desmarques por dentro. Debe ser paciente, como hoy, para estar en el lugar y en el momento indicado. Los dos tantos fueron de delantero y me pone muy contento. Está trabajando muy bien, se lo merece y lo necesitamos. Él mismo sabe que está dentro de esos 11 o 12 con más continuidad, aunque a veces juega más y otras veces menos. Demuestra que es un jugador importante para nuestro equipo", dijo Simeone sobre su figura.