En el itinerario previsto la primera visita era a la residencia de ancianos Hermanitas de los Pobres. De ahí a la Puerta de Jerez, a la Catedral de Sevilla, al Ayuntamiento y la traca final esperaba en el Sánchez Pizjuán.
El día coincidió con el cumpleaños de En-Nesyri (26) y con el cuarto aniversario de la muerte de José Antonio Reyes, del que se acordaron muchísimos sevillistas.
Durante la tarde se escucharon también muchos cánticos en homenaje a Sergio Rico, que se encuentra ingresado en el hospital tras caerse de un caballo el pasado domingo.
Los parlamentos de los jugadores eran correspondidos con ovaciones de sus fans. Jesús Navas, icono del club, se animó a coger el micrófono: "Aquí estamos otra vez Sevilla. Después de este año tan duro que hemos tenido todos, es increíble lo que hemos conseguido. Y ahora tenéis que disfrutar por todo lo alto".
Uno de los más aplaudidos fue el salvador del equipo. El rescatador Mendilibar, entusiasmado, se dirigió a su afición: "No he vivido las seis anteriores, pero viviendo ésta no me extraña que queráis más. Es un club que no se olvida, aunque esté mal sólo piensa en ganar. Me alegro por todos vosotros y por Sevilla en general. ¡Aupa Sevilla!"
La estación final era la más esperada. A ritmo de I will survive (“Sobreviviré”) de Gloria Gaynor, el equipo salió al césped. El Arrebato cantó en directo el himno con una afición entregada que no dejó un asiento libre en el estadio. Parte de la masa sevillista, de manera espontánea, empezó a entonar el “Mendilibar quédate”. El resto del coliseo rojiblanco se puso en pie para seguir con el cántico.
El sevillismo ha vuelto a emocionarse con un equipo imbatible en las finales europeas. La Octava ya aparece en el horizonte.