El fútbol era muy diferente al de ahora, mucho más rudimentario, pero si algo se mantiene es la esencia de un deporte que se define por los goles. Y el combinado dirigido por Miguel Muñoz necesitaba marcar más de una decena para conseguir el objetivo de estar en la siguiente edición del torneo continental. Meses después del mítico encuentro disputado en el Benito Villamarín, ya en 1984, España alcanzó la final (cayó por 2-0 ante la Francia de Michel Platini).

Aunque la historia acabó con cierto aroma amargo, el camino hasta el partido frente a los galos vivió su momento cumbre con el duelo ante Malta. Paco Buyo, Juan Señor, José Antonio Camacho, Antonio Maceda, Andoni Goikoetxea, Rafael Gordillo, 'Lobo' Carrasco, Víctor Muñoz, Santillana, Manu Sarabia y Poli Rincón salieron al campo dispuestos a aplastar a una selección de un nivel tan inferior como en los tiempos actuales.

Salva García, Andoni Zubizarreta, Tente Sánchez, Francisco Güerri y Marcos Alonso esperaron su turno en el banquillo tras quedarse fuera de la alineación. Los cinco futbolistas fueron testigos de una primera parte que dejó un resultado decepcionante (3-1). Con sólo tres cuartos de hora por delante, el cuadro local necesitaba sumar nueve chicharros y no encajar ninguno. Reto mayúsculo para un plantel sin margen de error. Y pudo con ello.

Todos los participantes fueron considerados héroes tras la hazaña, pero puestos a destacar... las menciones especiales son para Rincón y Santillana (ambos marcaron un póker). Además, Maceda colaboró con un doblete, Sarabia sumó otro más y Señor completó la fiesta con el 12-1 definitivo. El nombre más recordado, sin lugar a dudas, es el de este último, en buena parte por la mítica narración de José Ángel de la Casa.