Contracrónica: Vinicius se divierte en su jardín y Rodrygo lleva la Copa a Madrid
Apenas un minuto bastó para que Vinicius Júnior se exhibiera. Jagoba Arrasate, aplaudido por Carlo Ancelotti cuando se despidieron, puso el foco en el extremo brasileño, pero todo se vino abajo en menos de 120 segundos. Jon Moncayola y Rubén Peña resultaron insuficientes a la hora de frenar, sobre todo en la primera mitad, a un jugador que es absolutamente determinante. Y le da igual el contexto porque él siempre está ahí, con sus virtudes y defectos, a veces muy irascible, para seguir dándole alegrías a unos aficionados que disfrutan con las pesadillas que causa a sus rivales. Rodrygo Goes convirtió el 1-0.
Pudo cambiar el partido, antes de que Osasuna agitara las alas en el segundo tiempo, si Sergio Herrera no hubiera evitado el 2-0 allá por el minuto 24. Justo después, Dani Carvajal salvó el empate de Ez Abde. No necesitó el Real Madrid a su portero, al contrario que en otras grandes ocasiones. Es seguro que Erling Haaland, Kevin de Bruyne y compañía apretarán mucho más, pero igualmente no logró dejar su portería a cero. Lucas Torró, un mirlo blanco, se inventó un zapatazo tremendo tras el descanso que hizo soñar a sus fieles, desatados y dispuestos a soñar con la remontada.
Hablemos de Vinicius
El internacional con la Canarinha parece vivir permanentemente en un videojuego. Circula por donde quiera, baila sobre la línea de cal y regatea sin límites para amargar a sus rivales. Y no es algo novedoso a estas alturas, pero sigue sorprendiendo la facilidad con la que se lleva a los oponentes. Su papel volvió a ser clave, pero el jugador que aparece en las portadas es Rodrygo, quien nunca hace ruido y siempre resulta decisivo. No está y, de repente, aparece. Como si nada. Y no una vez, sino dos. O las que sean. Todavía no había mojado en el torneo y, como suele hacer él, se convirtió en protagonista cuando más se le requería.
No faltó la habitual escena de Vinicius peleado con sus rivales. Esta vez por una carantoña de David García, que se lo tomó a risa. Tampoco es noticia que el árbitro le mostrara una nueva tarjeta amarilla porque ya van 12 durante la presente temporada. Mejorará con el tiempo, o no, pero siempre consigue dejar sus pecados de juventud en un segundo plano por todo lo bueno que hace sobre el terreno de juego. Y así fue de nuevo en La Cartuja, con una actuación sobresaliente que está al alcance de muy pocos futbolistas en el planeta tierra... si es que hay alguien como él.
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