Cuando fichó en 2017 procedente de la AS Roma, nadie esperaba que se convirtiera en el corazón de un Liverpool que ganaría todos los trofeos posibles a las órdenes de Jürgen Klopp (menos la Europa League, claro).
El talismán del Liverpool ha marcado 214 goles en 352 partidos con el club -su último tanto fue al Manchester United-.
El formidable extremo de pelo desgreñado, aunque ahora ha cambiado de corte, ha inspirado a una generación de seguidores para que vuelvan a creer en el equipo. Y no sólo tuvo un papel determinante en la conquista del primer título liguero en 30 años, sino que también ha ayudado a cambiar la historia reciente de un equipo por momentos mediocre.
El africano es el quinto máximo realizador de los Reds de todos los tiempos, y está a sólo seis dianas del legendario John Barnes, después de haber disputado 50 partidos: promedia una aportación goleadora cada 93 minutos.
Su contrato entra en su recta final, sin prórroga hasta ahora, y muchos creen que se debe a la marcha de Jürgen Klopp. La salida del alemán no sólo ha causado angustia entre los aficionados, sino que también ha desencadenado una importante reestructuración dentro de la entidad que podría haber influido en el devenir de Salah.
El capitán, Virgil van Dijk, y el canterano Trent Alexander-Arnold se encuentran en una situación similar. Los tres han estado presentes desde los buenos tiempos, cuando el Liverpool ganaba por diversión y destrozaba a cualquiera en su camino hacia otro trofeo, pero ahora han entrado en el último año de sus contratos
Un líder sobre el césped
Este trío de talentos ha sido paciente con el nuevo técnico, Arne Slot, a quien muchos maldijeron con un precoz derrumbamiento de lo construido por su predecesor en más de nueve años. Sin embargo, el neerlandés está prosperando: en sus tres primeros partidos, el equipo ha sumado los nueve puntos y ha dejado su portería a cero en cada uno de ellos, lo que ha generado ilusión de cara a un nuevo pulso por el título contra el Manchester City, vigente campeón.
Mo Salah cuando finalice su actual contrato, y Andy Robertson argumenta que sólo está mejorando con la edad. Su impecable estado de forma ha dado pie a bromas, llegando a decir que su casa parece "un hospital" después de instalar cámaras hiperbáricas y de crioterapia, lo que demuestra hasta qué punto ve importante el apartado físico.
Salah ha empezado la nueva campaña recorriendo más distancia por partido que en cualquiera de las tres temporadas anteriores, y sigue evidenciando que su condición de atleta de élite está fuera de dudas.
La marcha de Klopp provocó un huracán de emociones difícilmente gestionable, pero el club ha protagonizado un comienzo de temporada ideal y tratará de ser competitivo a lo largo del curso. Además, las incorporaciones de Federico Chiesa y Giorgi Mamardashvili (para el siguiente curso) dejan ver que hay proyecto para poner en aprietos a cualquier club.
Mantener a la estrella es casi un imperativo, por lo que el cuerpo técnico y la dirección deportiva deberían centrarse en hacer que cambie de opinión. La tentación de los petrodólares saudíes está ahí y seguro que no le faltarán pretendienttes en Europa.