El Real Madrid firmó una gran actuación en la ida de los cuartos de final de la Champions League. Dominó y tuvo más dificultades con superioridad numérica que sin ella. Frank Lampard tenía muy claro qué partido quería ver e incluso prescindió de Kai Havertz. Su plan era aprovechar los espacios a la espalda de la defensa para que Raheem Sterling y Joao Félix, dos jugadores rápidos y talentosos, pudieran hacer travesuras en campo rival. No marcaron diferencias.
Karim Benzema marcó y Vinicius Júnior se mantuvieron tan amenazantes como siempre, pero no conectaron con la facilidad de otras ocasiones. Que si hago un desmarque de ruptura y me la das al pie, que si espero el balón en el punto de penalti y la pones al primer palo. Es la dupla más letal de Europa y este miércoles lo demostraron a nivel individual, más que como pareja, si bien construyeron el tanto que inauguró el marcador. El francés amplió su leyenda en Europa y el brasileño dio dos asistencias.
Carvajal, como antaño
Llevaba tiempo sin alcanzar el sobresaliente durante al menos 45 minutos. Dani Carvajal brilló en la primera parte y se convirtió en un jugador indetectable. Se incorporó al ataque como interior y echó el cerrojo en su banda, al contrario que en otras tantas ocasiones durante el presente año. Completó, quizá, su mejor actuación del presente año gracias a una primera mitad sensacional. Bajó sus prestaciones en la segunda y se puso algo más nervioso de la cuenta tras recibir una dura patada. Notable alto.
Kroos, todoterreno
Actuó como pivote y demostró por qué es y ha sido uno de los mejores futbolistas del mundo. Ejerció de líder en la construcción y recuperó un sinfín de posesiones para evitar que el Chelsea tuviera tantas oportunidades para correr a la espalda de la defensa. Compartió centro del campo junto a Luka Modric y Fede Valverde, que añade un pulmón extra para que sus compañeros puedan coger resuello. Toni Kroos fue el mejor en la medular y dominó de forma contundente frente a N'Golo Kanté y compañía.
Asensio, el oportunismo
Rodrygo Goes provocó la expulsión de Ben Chilwell, pero fue uno de los jugadores que menos destacó. Tampoco es sencillo hacerlo cuando a tu lado están los extraordinarios Vinicius y Benzema, pero la realidad es que el guion de la película pedía, como otras tantas noches, a Marco Asensio. Y apareció de nuevo el balear, con su esencia goleadora, tan determinante como siempre, para darle al Madrid lo que necesitaba: un 2-0 que sirve para llegar a Stamford Bridge con un buen resultado.
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