El centrocampista africano, de 29 años, ha jugado en el Salzburgo, el Leipzig y el Liverpool, y se incorporó al Werder al inicio de esta temporada, pero en lugar de un gran fichaje, el Bremen consiguió un jugador problemático.
Todo llegó a un punto crítico el domingo. El futbolista se enteró antes de partir hacia Leverkusen de que esta vez tampoco sería titular, se negó a subir al autobús con sus compañeros y, en su lugar, se marchó a casa.
"El comportamiento de Naby es intolerable, ha dañado al equipo y se ha elevado por encima de sus compañeros con sus acciones y no debemos permitir que algo así vuelva a ocurrir", dijo el director deportivo, Clemens Fritz.
El Werder ha pasado apuros en las últimas semanas, sumando sólo dos puntos en los últimos siete partidos y, a falta de cinco jornadas, sólo tiene cinco puntos de ventaja sobre el 16º clasificado y corre el peligro real de descender. "En estos momentos tenemos que concentrarnos al máximo en los próximos partidos", ha advertido Fritz.
Keïta es una gran decepción y las lesiones tienen parte de culpa, ya que sólo ha jugado cinco partidos en toda la temporada. La otra cara de la moneda es el comportamiento del propio futbolista que, según el entorno del club, no es muy popular en el vestuario. Sus compañeros están molestos porque llega tarde a las reuniones del equipo y evita actos impopulares de patrocinio.
"Me gustaría aclarar mi situación con la dirección del Werder. El año pasado firmé un contrato con un club maravilloso y demostré profesionalidad desde el primer día. Sólo quería ayudar al club y hacer felices a los aficionados. Esto es especialmente cierto ahora, cuando los resultados no son los que imaginábamos. Siempre he intentado dar ejemplo a los demás, nunca he tenido ninguna infracción disciplinaria. Por estas razones, no puedo aceptar que alguien manche mi imagen", comentó el propio Keïta sobre el incidente a través de las redes sociales.