El jurado ya se pronunció a finales de la semana pasada. El Real Madrid estaba tan interesado en hacerse con los servicios de Bellingham, centrocampista de sólo 19 años, que envió al Dortmund 103 millones de euros más primas de hasta el 30% del traspaso acordado. El internacional inglés ha firmado un contrato en el Santiago Bernabéu hasta 2029. Las principales razones por las que el club español no teme depositar su confianza en una posición tan importante en manos de un joven como él son la versatilidad del jugador y su mezcla única de habilidades con y sin balón.
Simplificando, se puede imaginar a Bellingham como alguien que ha estado en el centro de toda la acción en la parcela ancha y en el último tercio del campo del Dortmund. Con el balón en los pies, puede cruzar un área grande él solo, entregarlo en una zona más peligrosa y luego crear una ocasión para un compañero o meterse él mismo en el área. Al mismo tiempo, es inestimable a la hora de presionar, cuando, tras ganar el balón, puede zafarse inmediatamente de los agarrones de los jugadores contrarios y crear una ocasión de gol.
En cuanto a los datos, el talentoso inglés destaca especialmente en los modelos analíticos avanzados que evalúan la capacidad de un jugador para aumentar las posibilidades de gol de un equipo mediante carreras y regates. En el centro del campo y en su propio tercio, fue uno de los mejores jugadores de la Bundesliga la temporada pasada, junto con Konrad Laimer y Kevin Kampl, del Leipzig, por ejemplo.
Sin embargo, superó a ambos con sus movimientos en el último tercio, y sólo Christoph Baumgartner, del Hoffenheim, creó ocasiones de gol más peligrosas. Entre los centrocampistas centrales, Bellingham fue el que más regates realizó en espacios abiertos, y sus centros también fueron los más eficaces según los datos. Rara vez perdía el balón cuando estaba en posesión del mismo.
No estuvo entre la élite absoluta en métricas de técnica de pase, pero en general rindió mejor que el 90% de los demás centrocampistas. Así ocurrió con la aportación de pases en todos los tercios del campo, los pases finales, el porcentaje de pases al área, el número de pases en penetración y otros atributos importantes. Además, sus excelentes movimientos le permitían realizar disparos peligrosos por sí solo. En términos de volumen y calidad, volvió a ser uno de los centrocampistas más activos de la liga.
En un papel más defensivo, no es la típica máquina de ganar balones, pero lee bien el juego y puede ganar el balón en momentos importantes. Se le da especialmente bien ser activo con la pelota y, si decide intervenir, detiene la acción del rival nueve de cada diez veces.